6

20 5 2
                                        

ÁNGEL

Había visto marchar a Emma con el tío con el que había quedado y aunque me hubiera gustado decir que no me había importado una mierda, lo cierto es que sentí una punzada de dolor.

Vigilé durante bastante rato, intentado que ella y el tío ese no me vieran.

Al terminar la charla en el parque, el tío se fue hacia la Renfe y Emma se encaminó hacia el centro de Hospitalet.

En un primer momento creí que iría para su casa, pero luego me di cuenta de que no. Al parecer iba a casa de Lian.

Miré la hora en el móvil, eran más de las cinco y todo se veía tranquilo. Ya iba siendo hora de que marchara a casa a comer.

Me inquietó un poco que Emma fuera capaz de estar tantas horas sin comer. Como le había dicho en el patio la veía algo delgada, mucho más que cuando la vi por primera vez.

Me daba la sensación de que el problema con el tío ese le había dolido mucho más de lo que parecía a simple vista.

Suspiré decepcionado.

Ese tío la había tenido entre sus brazos y no había sido capaz de darle lo que necesitaba, se merecía que Emma le mandara a tomar por culo. Aunque para eso tendría que esperar y tantear el terreno.

Marché cansado y deseando que llegara el miércoles, al fin podría acercarme un poco más a ella.

Oscura seducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora