EMMA
El jueves era mi día preferido. Teníamos dos clases de teatro seguidas, lo cual significaba tres horas de ensayos y risas.
Íbamos a representar una obra escrita por nuestra profesora. Era una especie de popurrí de personajes copiados y escenas recurrentes, pero me daba igual, me gustaba mi papel. Al principio cuando la profesora me dijo que sería Noelia, me quería morir, pero ahora no me parecía tan terrible. Noelia era nueva en la ciudad y se enamoraba de Javier (el personaje de Ángel) que resultaba ser un poco psicópata, pero hasta que Noelia lo descubría nuestros personajes se daban un par de besos y eso, ahora mismo me apetecía mucho.
Me había levantado sintiendo la calidez del contacto de Ángel sobre mis labios. No podía quitarme de la cabeza la dulzura que había demostrado conmigo.
Por la noche no había ni llamado a Lian, estaba convencida de que cuando le explicara lo sucedido, se iba a enfadar conmigo por no haberme tirado en plancha a por el móvil para ponerla al día de todo. Querría que le explicara con todo lujo de detalles dónde había puesto las manos, qué había hecho exactamente con la boca y cómo había movido cara poro de su cuerpo en el momento exacto en el que nos estábamos besando y magreando.
Me hubiera encantado explicárselo, pero realmente necesitaba reflexionar por mí misma sin la arrolladora influencia de Lian, que de una forma u otra afectaba siempre en mis pensamientos y decisiones.
Al llegar al aula de teatro pude observar que Ángel aún no había llegado. El corazón me latía inquieto en el pecho. Todo lo que había pasado me hubiera resultado inimaginable veinticuatro horas antes, pero ahora Ángel me tenía confundida.
La clase ya había empezado cuando Ángel apareció. Tras una breve reprimenda por parte de la profesora, se unió al ensayo y comenzó a interpretar su papel.
Me dio la sensación de que estaba tenso, como preocupado, tal vez se arrepentía de lo que había pasado entre nosotros.
Lo vi varias veces mirando la hora en el móvil y otras tantas veces se equivocó en sus frases.
—¿No tienes bastante con llegar tarde que tienes que entorpecer el progreso de tus compañeros? —preguntó la profesora con el ceño fruncido y los brazos en jarra sobre la cintura. —Intenta concentrarte, ya sabes que tu papel es uno de los principales. No hagas que me arrepienta de habértelo dado a ti.
—Lo siento, no volverá a pasar —se disculpó con el semblante serio y los dientes apretados.
Estaba claro que algo le pasaba.
Las tres horas se me hicieron eternas, no dejé de sufrir cada vez que miraba a ángel y lo veía tan pensativo y distantes. Estaba deseando que llegara la hora del descanso para poder hablar con él y saber si este comportamiento era por lo que había pasado entre nosotros.
El timbre sonó con su chirriante sonido liberador y salí deseosa por reunirme con Ángel en el patio.
Me apresuré en llegar a los escalones de la entrada del gimnasio, pero Ángel no apareció en todo el tiempo del patio.
La siguiente clase fue la de literatura, en la que se sentaba a mi lado, él continuó sin mirarme ni decirme nada.
Me mordía las uñas de los nervios y no fui capaz de concentrarme en nada de lo que se explicaba en el aula.
No pude más, decidí seguir la técnica que el propio Ángel había seguido conmigo.
Escribí sobre un tozo de papel con cierta desazón en el corazón y se lo lancé a Ángel, erré bastante en el tiro y le cayó sobre la cabeza.

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Oscura seducción
Romansa🖤 Romance. 🖤 Intriga. 🖤 Ambiente de instituto. 🖤 Sucede en Barcelona. 🖤 Tensión sexual. 🖤 Un asesino en serie. 🖤 Una hermana desaparecida. Nora, la hermana de Emma desapareció cinco años atrás. Este acontecimiento cambia su vida para siempre...