EMMA
La noche pasó larga, casi no pude pegar ojos.
Oí a mis padres marchar temprano como todos los días, mientras yo permanecía nerviosa en mi habitación, sin quitarme de la cabeza la posibilidad de que el extraño volviera a entrar en mi casa.
Por la mañana no fui ni capaz de ducharme, no dejaba de imaginar escenas a lo Psicosis pero con Ángel como protagonista. Porque sí, había decidido que Ángel era el principal sospechoso. Había dedicado muchas horas a dar vueltas al tema y todas las posibilidades me conducían a él. Tenía que ser él el que había entrado en mi casa y me había dejado la flor y la nota.
Ángel había estado en mi casa y hasta dónde sabía, podía haber cogido mis llaves y haber hecho una copia. El objetivo de todo eso, no lo tenía claro, pero era la única posibilidad.
Al salir a la calle presencié una disputa entre dos conductores, unos pocos metros más allá, una señora mayor se había caído y era asistida por dos jóvenes con pinta de llegar tarde al trabajo.
En conclusión: hacía una mañana preciosa y el día no podría empezar mejor.
Dos calles antes de llegar al instituto vi a Lian parada frente a la puerta de su casa.
—¡Lian! —Exclamé con verdadera alegría, era la primera cosa buena de mi día —¿al fin estás bien?
—Sí, aún me quedan algunos granos prófugos por el cuerpo, pero como mi cara está prácticamente curada, me he animado a venir —me agarró por el brazo y añadió casi en un susurro —además, necesitas mi apoyo para todo lo del intruso y lo de Ángel.
—Me temo que ambos son el mismo.
—No sé, eso sería demasiado fácil, ¿no?
—Bueno, no estamos en una película de terror, no nos tenemos que regir por ninguna de sus absurdas reglas. Es más bien una regla de tres, ha entrado en mi vida hace dos semanas y al día siguiente de venir a mi casa, me encuentro que alguien la ha allanado.
—¡Claro! A lo mejor te cogió las llaves cuando fue a tu casa —los ojos rasgados de Lian se redondearon durante unos instantes.
—Es más que posible —reconocí —recuerdo que el día que vino no quiso que lo acompañara a la salida, seguro que tuvo tiempo de coger las llaves de mi madre o las mias y hacer sus propias copias. Después no tuvo más que entrar por la noche y dejarlas en el mismo sitio sin que nadie se diera cuenta.
—Rebuscado, pero me gusta.
En otras circunstancias me hubiera reído con Lian de la paranoia de historia enrevesada que se nos acababa de ocurrir, pero mi ánimo estaba demasiado sombrío como para poder divertirme.
Llegué pronto a la clase de inglés, solo Carla y María se encontraban ya en el aula y a efectos prácticos era como estar sola, las conocía tan poco que era como estar con dos desconocidas.
Solté la mochila sobre la mesa con desgana y saqué el portátil para enfrentarme a una desagradable clase con el profesor Cocker.
Busqué entre los papeles de mi carpeta, hasta que di con un folio en blanco, me entretuve haciendo dibujos mientras el resto de estudiantes iba llegando progresivamente.
Ángel entró junto a un grupo de compañeras que le lanzaban miraditas, él parecía ajeno a la atención que despertaba entre las chicas de clase, tan solo me miró y me sonrió.
Tras preparar las cosas para la clase, movió ligeramente su mesa para que estuviéramos más cerca y me guiñó un ojo.
—Buenos días.
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Oscura seducción
Romance🖤 Romance. 🖤 Intriga. 🖤 Ambiente de instituto. 🖤 Sucede en Barcelona. 🖤 Tensión sexual. 🖤 Un asesino en serie. 🖤 Una hermana desaparecida. Nora, la hermana de Emma desapareció cinco años atrás. Este acontecimiento cambia su vida para siempre...