EMMA
Un miércoles nublado y sofocantemente caluroso era el día uno del curso. Las clases se reanudaban irremediablemente.
Lian había hecho un trabajo bastante bueno con mi pelo. Ya no se me veía una melena desgreñada y trasquilada. La diferencia de largura entre ambos lados se había acentuado y eso me daba un rollito de estrella de rock de los ochenta que no estaba nada mal.
Me gustaba el look retro de mi peinado.
Lian me esperaba justo en la puerta de su casa. Me venía de paso para llegar al instituto y era nuestro punto de encuentro de siempre.
Ajustó su paso al mio, no nos llevábamos mucha altura, pero ella era dada a dar pasos mucho más cortos que los míos.
—Mira, no quiero ser pesada, pero estoy completamente decidida a no llegar entera a la universidad —me miró con los ojos entornados, dando saltitos a mi lado con la mochila mal colgada de un hombro.
—¿Piensas donar un órgano? —me mofé, intentando cortar de raíz el temita de marras.
—No sé por qué me molesto en hablar esto contigo, es evidente que no estás en el mismo punto que yo. Te falta la madurez para iniciar tu vida sexual, pero yo me siento completamente preparada — suspiró — si ni siquiera has dado aún un beso con lengua— sacó la lengua y comenzó a hacer movimientos obscenos.
—¿Quién dice que no? —repliqué con suficiencia.
—¿Cómo? ¿Quieres decir que has besado a un tío y no se lo has dicho a tu mejor amiga del alma?
—Tal vez no he tenido ocasión de hablarlo aún con mi mejor amiga del alma.
Lian apretó el paso para situarse a mi lado, era consciente de que me había acelerado al empezar a hablar del tema del que me había propuesto huir.
—Exijo detalles.
—¿Te acuerdas del chico del que te hablé antes de que mi abuela me quitara el móvil?
—Claro, el tío ese que pasaba el verano en la urbanización de tu abuela — se pasó el pulgar por la barbilla —¿cómo se llamaba?
—Joel.
—¡Eso! Joel el buenorro con abdominales de cine.
—Tampoco te pases, solo era fibradito —tuve la necesidad de puntualizar, no quería convertirlo en algo que no era —salimos durante unas semanas —reconocí al fin.
—¡¿Has tenido tu primer novio?!
—Bueno, yo no diría tanto, tal vez ha sido mi primer rollo o algo así.
—Joder tía, cuenta detalles. ¿Qué tal besaba? ¿Hicisteis guarradas?
Intenté mantener la compostura, pero mis lagrimales traicioneros comenzaron a producir lágrimas que humedecieron mis ojos en un ataque de lo más inoportuno. A Lian pareció no pasarle desapercibido el brillo vidrioso de mi mirada.
—Bueno, tranqui, ya lo hablamos cuando te parezca. Sin presiones —sugirió con un tinte preocupado en la voz —ya sabes que soy tu amiga y siempre voy a estar dispuesta a escucharte —me dio un codazo cariñoso en el costado.
—Lo sé, hablaremos de ello, pero necesito encontrar el momento.
No estaba preparada para enfrentar aún las consecuencias de todas las malas elecciones que había hecho con Joel. Pensar en él me hacía sentirme como una niña tonta, una presa fácil a la que engañar sin importar lo rota que pudiera quedar por dentro.

ESTÁS LEYENDO
Oscura seducción
Romansa🖤 Romance. 🖤 Intriga. 🖤 Ambiente de instituto. 🖤 Sucede en Barcelona. 🖤 Tensión sexual. 🖤 Un asesino en serie. 🖤 Una hermana desaparecida. Nora, la hermana de Emma desapareció cinco años atrás. Este acontecimiento cambia su vida para siempre...