20. Una noche feliz: Parte I

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Alexandra Williams

Se ganan dos Grammy como banda esa noche, además del premio como productor de él.

No sabía que 4 hombres adultos podían llegar a gritar de esa manera.

Cuando la ceremonia se acaba, la producción nos habilita un camerino. Se hacen videollamadas con padres llorosos, se dan abrazos, se prometen estar juntos para siempre. Pedro les da un discurso de padre feliz.

Laura, Nath y Susana reparten besos a sus chicos.

Aitana los mira con una sonrisa en la cara, pero no se acerca.

- Hey – Llego a su lado y le doy un golpecito cariñoso con el hombro – Lamento que no ganaras este año, pero sé que volveremos pronto por ti

- Está bien. Tengo una carrera mucho más corta que la de ellos. Ya es bastante que me nominaran por segunda vez – Responde con un encogimiento de hombros - ¿Te puedo hacer una pregunta, y me prometes que vas a ser sincera?

- ¿Estás bien? – Le pregunto a mi vez

- ¿Qué pasa entre Isa y tú? – Me pregunta ella

Me permito un momento para elegir mis siguientes palabras, porque sé lo espinoso que es todo entre ellos.

Los ojos de ella parecen taladrar los míos, como si pudiera sacarme la verdad sin que se la diga. Tampoco tengo pensado mentirle.

- En este preciso momento, nada – Respondo simplemente, lo que es una respuesta evasiva si alguna vez vi una, y por supuesto ella no lo compra

- ¿Y antes?

- Pasó algo – Admito

- Él... – Empieza a decir ella. Levanta la mirada y lo encuentra al otro lado de la habitación, donde está en medio de un momento de bromance lacrimógeno con Villa – Es diferente cuando está contigo

Sigo la mirada de ella. Como tirado por un imán, él levanta los ojos, como si sintiera mi mirada.

Me sonríe antes de volver a lo suyo. Suspiro.

- Porque soy la única mujer en el mundo que le dice que no a algo. ¿Por qué me estás preguntando esto?

- Estoy muy enamorada de él, Alex – Me dice con un suspiro

- Y él de ti – Le respondo con un encogimiento de hombros

- Creo que no. Creo que solo quiere cambiar una historia que dolió tanto, y por eso no me deja ir, pero me doy cuenta de que no es lo mismo. No sé si él se da cuenta de la forma en que te mira, y tal vez tú no lo conoces lo suficiente, pero yo lo veo

- ¿Sabes que veo yo, Tana? – Le pregunto, porque no voy a formar parte de esto – Veo a un hombre que está muy, muy dolido, no sin razón, así que vas a tener que ser muy paciente con él, y dejar que mire a quién demonios él quiera como sea que quiera, porque aunque estoy absolutamente segura de que ustedes van a terminar juntos, espero que tenga la decencia de hacerte luchar mucho para ganarte su perdón

Ella se cruza de brazos, y en contra de todo pronóstico, me sonríe.

- Lo quieres, ¿eh?

- Los quiero mucho a todos, aunque son como niños descarriados – Respondo con un encogimiento de hombros – Y eso te incluye a ti. No te estoy contando esto porque quiera hacerte daño. Simplemente.... – Le muestro mis manos con impotencia, porque no quiero mentirle, y ella fue quien lo preguntó

- Esta cosa que pasó entre ustedes...¿Me estoy metiendo en dónde no debo? – Me pregunta con toda sinceridad

- No. Si quieres escuchar los detalles, solo nos fuimos a la cama un par de veces. Estoy segura de que entiendes por qué eso resultó un poco distractor, pero se terminó. Y no voy a volver a hablar de esto contigo. Nunca – Puntualizo, ella se ríe

No te vayas  » Juan Pablo Isaza (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora