No te vayas » Juan Pablo Isaza (Morat)

42. Acuérdate de mí

Alexandra Williams.

- ¿Alex? - Me saluda con expresión confusa. Tiene el celular de lado, y está acostado sobre algo peludo y café

- Hola - Respondo con timidez. ¿Por qué lo estoy llamando?, ¿Qué le voy a decir?

Pregunta mejor: ¿Cómo demonios se lo voy a decir si a mi cerebro estúpido se le olvidó hablar?

- ¿Está bien?, ¿Pasó algo? - Pregunta alarmado, mientras se sienta rápidamente

- No. Bien - Lo tranquilizo

Evalúa mi cara, como verificando que todo está bien.

Aunque es muy temprano, creo que mi llamada lo despertó. La superficie peluda sobre la que estaba acostado cobra la forma de un perro, y de repente una tierna cara café ocupa toda la pantalla.

Me río.

- Malta, quítate - Regaña al perro, pero el animal no se mueve. Suspiro - Alex, le presento a Malta, mi perra. Ya que siempre estamos viajando, es experta haciendo videollamadas, y está convencida de que todo el mundo quiere verla a ella

- Bonita - Sonrío

Él sonríe de vuelta, mientras acaricia la cabeza de la perra.

Eventualmente ambos vuelven a caer acostados como estaban, y puedo volver a ver su cara. Su pelo está desordenado, y sus ojos parecen pequeños.

- ¿Dormido? - Tanteo

- Estaba tratando de componer algo, pero no me salió nada. No me di cuenta de que me había quedado dormido

- Temprano - Observo

- Si, es temprano para dormir - Está de acuerdo - No estoy teniendo buenas noches de sueño, así que básicamente estoy cansado todo el tiempo

- Lo siento - Murmuro. Sé decir eso muy bien, porque lo digo todo el tiempo

- Está bien. No estoy trabajando mucho por lo de la pierna, así que da igual. ¿Cómo está usted, Alex?

- Eh... - Me quedo en blanco un segundo. ¡Puto cerebro inútil! - Extraño. Yo. ¡Agh!! - Exclamo, cuando la frase no sale como quiero.

"Te extrañé", es lo que quiero decirle, pero no sonó ni parecido a eso.

Y él, que siempre entiende lo que quiero decirle, aunque use una sola palabra, se queda en blanco.

- ¿Qué es extraño? - Me pregunta

- No. Tú - Intento explicarme

- ¿Yo soy extraño? - Verifica

- ¡No! - Exclamo - Yo. Extraño. Tú

Se queda en silencio. Fue rudimentario, pero creo que me ha entendido.

- ¿Me extraña? - Intenta adivinar con el ceño fruncido, como si fuera una posibilidad absurda que eso fuese lo que quise decir

- ¡Sí! - Exclamo enfáticamente - Tú...¿Por qué?

- ¿Por qué no fui? - Adivina

- Si - Asiento ansiosamente

Se queda en silencio de nuevo un momento.

Se ve muy atractivo incluso así, aunque hay algo claramente nostálgico en su semblante.

- A veces es difícil verla y que no se acuerde de nosotros - Me confiesa - Y sé que es muy injusto decirle esto. No es su culpa que no se acuerde. Estoy muy agradecido de verla bien. Cuando pensé que la iba a perder... - Hace una pausa, y suspira - Solo quiero que esté bien, Alex. No estoy minimizando el milagro de que se haya despertado, y aunque sé que se está volviendo loca con las secuelas, son mínimas si pensamos en todo lo que pudo haber sido. Pero ninguna de esas razones lógicas hace que sea más fácil