27. El juicio

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Alexandra Williams. 

Matt está sentado en el sofá, con su laptop sobre las piernas y un vaso de jugo de naranja sobre la mesa de café. Levanta la mirada cuando me escucha llegar, y una expresión de alivio cubre su rostro.

Me siento a su lado y me recargo en su hombro. Rodea cariñosamente mi cintura con su brazo.

- Lo siento – Digo en voz baja

- No lo sientas. Solo no me asustes así otra vez, y no vuelvas a dejarme afuera así

- No lo haré. Lo lamento. Estoy muy cansada de pelear por esto, Matt. Y sé que Jackson lo habría odiado – Le digo con un suspiro

- Lo lamento mucho, cariño. Si te sirve de algo, solo te vas a subir a ese estrado mañana, vas a contar tu versión de la historia, y todo se va a terminar

- Lo sé, pero no debería tener que hacerlo. Mi dolor debería poder ser solo mío

- Y lo es, porque no vas a hablar de ti. Vas a hablar de lo que él quería, y de lo que él decidió al final. Él escogió no vivir así, y no condenarte a una vida de verlo en una cama

Me recargo en su abrazo y sencillamente respiro.

Ayer el mundo se había cerrado sobre si mismo y no me dejaba respirar, y por un segundo me pareció bien ahogarme y dejar de luchar.

Pero hoy todo parece diferente.

- Se va a filtrar a los medios – Susurro – Y no sé si soy lo suficientemente fuerte para cargar con el juicio y la crítica

- ¿Qué es eso que les dices siempre a tus clientes?

- Ya trabajaremos en eso cuando lleguemos ahí – Murmuro entre dientes, porque odio que me mangonee con mis propias palabras

- Pues eso – Sonríe

- Gracias por todo, Matt. Nunca en la vida voy a tener cómo pagarte por eso

- Ya me pagaste y lo sabes – Me dice con una sonrisa mientras deja un beso en mi frente

Le sonrío.

Y justo en ese momento Isaza aparece en la sala.

Veo el momento en el que evalúa la situación. La sonrisa en mi cara, los labios de Matt en mi cabello, sus brazos a mi alrededor.

Su expresión se vuelve titubeante, y veo un rayo de algo más en su cara, pero solo se aclara la garganta y se balancea sobre sus pies, luciendo inseguro.

- Eh...Villa la quería saludar – Indica, señalando el celular que tiene en la mano – Uhm...Le diré que llame luego – Anuncia, mirando a la pared en lugar de a alguno de nosotros.

Y luego regresa a la habitación sin darnos oportunidad de decir nada.

Matt resopla una risita.

- Ese niño me odia – Se burla él. Le doy un golpe en el brazo

- Cállate

- Cariño, no mucha gente entiende el tipo de relación que tenemos, y él se puede hacer cualquier idea en la cabeza si no se lo explicas

- ¿Y qué le voy a decir?

- La verdad. Que yo también enviudé. Que la amo demasiado como para pensar en otra mujer. Que solo queríamos calmar una necesidad física, pero que los estábamos demasiado dolidos como para otra cosa, y que nadie excepto quienes hemos pasado por un dolor así podríamos entenderlo

- ¿Estábamos demasiado dolidos? – Recapitulo, marcando el uso de la palabra en tiempo pasado - ¿Cuándo dejamos de estarlo?

- Yo, espero con mi corazón que algún día pronto. Tú, definitivamente en algún punto entre Madrid y Las Vegas con él – Se burla

No te vayas  » Juan Pablo Isaza (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora