28. Tiempo

1.2K 71 144
                                    

Juan Pablo Isaza.

- Mi piloto llegará a las 9 – Señala Brandon, mientras sostiene las manos de Alex

- Me puedo ir en un vuelo comercial, B – Responde ella, rodando los ojos

- El cacharro está parqueado en un hangar, ¿por qué demonios no lo usarías? Además, hay un montón de fanáticos locos de Jack amenazándote. No voy a ponerte 2 horas en inmigración – Le responde él. Ella rueda los ojos

- La gente solo está dolida porque les mentimos. Son inofensivos – Dice Alex, aunque de todas maneras se acerca un paso y se apoya en el pecho de Jackson

- Creo que Brandon tiene razón, Alex – Interviene Matt

- Ay, está bien. No voy a discutir por usar un avión privado – Sonríe ella

- ¿Qué puedo hacer para ayudar? – Pregunta Brandon

- Ya has hecho suficiente, cariño

- No. Dime – Exige él – No como la mujer de Jack o como mi amiga. Sé tu propia publicista en esto y dime...¿Qué puedo hacer para ayudar?

- Nunca te pediría esto, B – Niega ella

- Pues pídemelo. No tenías que subirte a ese estrado para apaciguar los dolores infantiles de la madre de Jack, e igual lo hiciste. Así que pide algo para ti – Le exige Brandon.

Creo que podría estar enamorado de este hombre.

Matt y yo cruzamos una mirada, porque creo que ambos estamos pensando que, si le habláramos así, ella nos daría un rodillazo en los huevos.

Pero no a Brandon.

- Declara en algún programa sonado. Di la verdad. Estabas en ese camerino cuando Jack me dijo que no lo dejara sufrir si moría antes que yo. Viniste conmigo al hospital y te sentaste a mi lado por 22 horas en una sala de espera. Sabes lo que Jack quería para sí mismo. No podía obligarlo a vivir así, B

- Lo sé. Y lo diré – Asiente él - ¿Kimmel, Fallon? Consígueme a cualquiera, e iré

- Veré que puedo hacer. Gracias, amigo – Le dice ella

- Te amo – Responde él simplemente, antes de dejar un beso sobre su frente

Él se inclina hacia su oído y le dice algo. Los ojos de ella se llenan de lágrimas, mientras le responde algo en un susurro igual de bajo. Él le contesta con una sonrisa nostálgica.

Es obviamente un momento íntimo, así que me retiro hacia la habitación.

Hay un vuelo a Los Ángeles mañana a las 10, así que lo compro.

Ni siquiera desempaqué mucho de las cosas que traje, pero igual ordeno mi bolso. Después, saco mi computador y me siento en el escritorio a trabajar.

Cerca de una hora más tarde, la puerta de la habitación se abre.

Levanto la cabeza y tan solo la miro mientras sale de sus tacones y los lanza descuidadamente hacia el clóset. Se acerca hacia donde estoy y apoya las caderas en el borde del escritorio.

- Le gustaste a Brandon, y no le gusta ningún hombre que se atreva a mirarme – Me dice de la nada. Sonrío

- Estoy enamorado de él – Aseguro. Ella se ríe

- ¿Por qué te fuiste? Debiste despedirte de él. Podría organizarles alguna sesión de composición juntos

- Tal vez después – Asiento – Me encantaría, aunque puede que me muera. Pero hoy estaban hablando de sus cosas, no quería meterme en lo que no me corresponde

No te vayas  » Juan Pablo Isaza (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora