Natalia.
-¿Estás lista? -preguntó Samuel desde el marco de la puerta.
Acomodé mi cabello pero no me gustaba.
Mi papá contrató personas para que me arreglaran el cabello y tener tratamiento pero siento que tenerlo corto ya no es lo mío.-¿Qué puedo hacer? -Le pregunté señalando mi cabello.
-Te ves hermosa así pero siempre he creído que teñirlo de azul no estaría mal.
Me reí agarrando mi bolsa.
-No digas tonterías, el azul no me queda
Entrelazó su brazo con el mío y caminamos hacia el elevador.
-Dices eso porque no has probado hacerte algo nuevo.
-Le preguntaré a mi mamá -Hablé cuando el elevador comenzó a bajar-. Ella sabrá qué tinte me queda.
Samuel se emocionó dando un brinco.
-Me dá tanto gusto que quieras salir de tu mundo.
Salimos del elevador pero puse a Samuel frente a mi para subirme a su espalda.
-Eres el que me salva de la depresión -Le dije mientras caminaba para llegar a la camioneta-. Bendito el día que te conocí.
-Jamás creí que un hombre como Hiroshi me fuera a dar tanto apoyo y que iba a conocerte, eres una chica muy linda y te quiero.
Llegamos a la camioneta y me bajó al suelo. Acaricié la pequeña cicatriz que tiene cerca de la ceja y sonreí.
-Hay muchas cosas que están mal en mi vida pero tu eres esa luz que logra iluminar algo.
-Ay, Nat -Se sonrojó y agarró mi mano para besarla-. Haré cualquier cosa para que estés bien, soy tu hermano y voy a protegerte de quien sea.
Sonreí antes de besar su mejilla.
-Ya vámonos si no Ingrid y Alonso vayan a despertar
-¿Por qué no los quieres llevar? -Abrió la puerta y nos metimos. El chofer ya estaba listo para arrancar.
-A Ingrid le molesta que la despierten temprano y Alonso dijo que necesitaba dormir porque últimamente no lo ha hecho bien.
-Tengo una duda -Se acomodó en el asiento-. ¿Quién está cuidando el hotel?
-Katheryn. Le pedí que lo cuidara estos días mientras yo arreglaba cosas en japón.
-¡Serás lider! -Me agitó por los hombros-. Me da mucha emoción.
Me reí negando con la cabeza.
-Falta mucho para que papá deje el puesto.
-Eso no quita que serás quien lidere sus empresas y mafia.
Me quedé pensando en Matías y me sentí mal porque si acaricié la cicatriz de Samuel fué para recordar al primero ya que ambos tienen la misma cicatriz.
-¿Natalia? -me interrumpió de mis pensamientos
-Perdón, ¿Me decías algo?
-Pregunté a qué hora irás mañana a Argentina.
-Al amanecer, Alonso ya quedó de ir conmigo.
-¿Llevarán a Ingrid con ustedes?
-¿Te dá miedo mi hermana? -Me reí.
-Me dá nervios, no sé cómo tratar con ella.
Me reí palmeando su hombro.
-Ingrid es un misterio pero nada que no se pueda resolver.