Capitulo 32

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Natalia

Puede ser egoísta de mi parte hacerme una prueba de embarazo yo sóla pero no tengo el valor de llamarle a uno de mis amigos, mis padres o a Matías.

Tengo casi dos semanas de retraso y como ya lo había dicho, yo siempre soy exacta pero no quiero ilusionar a nadie hasta que esté segura.

Me senté en la cama mientras miraba la prueba pero recordé que debo mandarle video a Maricela, me lo pidió para que se lo enseñara a Celeste.

Agarré el celular y comencé a grabarme cuando la prueba... ¡Mostró dos rayitas!

Me salieron lágrimas y sonreí como nunca. Mandé un beso mostrando la prueba y terminé el video a los pocos segundos.

Le llamé a Maricela mientras el video se mandaba.

-Hola, tía, ¿Estás bien? -Preguntó con esa voz tan dulce y angelical.

-Sí, corazón, ¿Y tú?

-Mejor, gracias. Mi papá está revisando a Zeus y mi mamá... Acaba de llegar, ¿Quieres hablar con alguno?

-No, quiero que mires el video que te acabo de mandar y luego se los muestras. Te amo, chau.

Colgué y aventé el celular mientras brincaba y lloraba.

Estreché la prueba entre mis brazos pensando en llamarle a Matías para avisarle pero recordé que está con su mafia supervisando cada uno de sus negocios.

¿Pueden creerlo? ¡Estoy embarazada!

Salí de mi habitación para ir con mi papá y entré sin avisar. Se me hizo raro que siendo las ocho de la mañana no esté despierto y más porque Jin no está.

Besé su mejilla y luego me acerqué a su oído

-Papá... Despierta, precioso.

-Ven... -Me jaló para acostarme con él y subió su pierna en mí.

-Papá, tenemos que hablar.

-¿De qué? La mafia ya es tuya, no me molestes -Habló sin abrir los ojos.

-Necesito que entrenes a alguien y le enseñes todo...

-Hazlo tú, yo quiero descansar.

-Pero tu me dijiste que te dejara entrenar a tus nietos así que tienes tiempo para prepararte.

-Mjm...

Agarré sus manos para ponerlas en mi vientre y luego suspiré.

-Vas a ser abuelo... -Susurré sintiendo nuevamente mis lágrimas caer.

Hubieron como tres segundos de silencio y luego...

-¿¡Qué!? -Se incorporó de inmediato-. No juegues con esto, Natalia.

Me vió llorar y negar con la cabeza.

-No bromeo, papá... -Dije con voz chillona y le mostré la prueba.

-¡AHHH! -gritó antes de subirse en mí y luego se levantó de la cama para cargarme y girarme-. ¡Vas a ser mamá!

Me aferré a su cuello mientras seguía llorando.

-Necesito decirle a Matías...

-Si, preciosa -Me bajó y dió un beso en la frente-. Llámale...

-No, así no... Le diré en la noche que vaya a Rusia.

-¿Quién más lo sabe?

-Mauro, Celeste y Maricela.

-No puedo creer que vas a ser mamá -Acarició mi rostro.

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