Matías
Aceleré antes de que el semáforo me marcara el alto pero estuve cerca de chocar. Ignoré cada insulto porque no tengo tiempo en este momento de pelear.
Diego me llamó y atendí la llamada en ese instante.
-¡Ya van a nacer! -Gritó emocionado y al mismo tiempo con desesperación.
¡Mierda! En buen momento se me ocurre tener esa junta con mi mafia pero Natalia estaba programada para dentro de 2 semanas.
-Estoy cerca -Avisé antes de dar la vuelta de repente y estacionarme frente al hospital.
Bajé del auto fastidiado por los comentarios de las enfermeras y de seguridad.
-Debe estacionar su auto en su lugar.
-¡Cállense, maldita sea! -Les grité antes de correr.
-Matías -Me habló Diego.
-¿En qué habitación está?
-En la que elegiste...
Por medio de la bocina escuché los gritos de Natalia.
-¡Joder, apúrate!
Me metí al elevador, me puse nervioso y mi respiración comenzaba a acelerarse. No despegue el celular de mi oreja porque los gritos de Natalia me dejaban aturdido.
Sentía todo en cámara lenta, corrí saliendo del elevador, mi corazón estaba acelerado.
Apenas si logré llegar afuera del quirófano cuando...
Dejé caer el celular mientras miraba aquella puerta que estaba enfrente de mí y escuchaba llorar a uno de mis hijos pero también los quejidos de Natalia.
-¡Entra! -Me gritó mi papá empujándome hacia adentro.
No sé si era lo correcto porque no tenía puesta ninguna bata para entrar pero lo hice y nadie me dijo nada.
-Matías -Habló Natalia a punto de llorar.
Me acerqué a ella para agarrar su mano y besar su rostro sin importarme lo mucho que estaba sudando.
Después me entregaron a mi hija, estaba tan pequeña y frágil.
-Vamos de nuevo -Le avisó el médico a Natalia.
Ella pujó nuevamente, lo intentó 1... 2... 3 veces hasta que...
Mi hijo empezó a llorar mientras Natalia hechaba la cabeza hacia atrás llorando y sonriendo.
Limpiaron a mi hijo y también me lo entregaron. Lo cargué con el otro brazo antes de acercarme a Natalia.
-Ponlos a mi lado -Pidió acomodándose.
Con la ayuda de una enfermera, ella colocó a cada uno en los brazos de Natalia.
-Llegaste a tiempo -Me dijo cansada.
-Perdóname -Le pedí antes de besarla-. Quise llegar antes pero había tráfico y...
-Shh, estás aquí, con nosotros...
Volví a besarla con lágrimas en los ojos.
Ví a mis hijos, los Cooper que criaré junto a la mujer que amo.