6 meses después.
Katheryn.
—¡Apúrate, amor! —Gritó Diego.
—¡Dame un minúto! —Grité acomodando mi peineta.
Diego entró a la habitación apurado y tiró de mi mano.
—Llegamos tarde —Dijo nervioso.
—Estás más nervioso que Akira —Me burlé.
—Ella dijo que si no llegamos a tiempo es capás de matarnos y creo en sus promesas.
Entramos al auto donde llevamos el ramo ya que a Natalia se le olvidó en la tienda.
—¡Mis papás se van a casar! —Grité emocionada.
—Y nos dejarán a Robert para que lo cuidemos.
—Lástima que sólo serán 2 días —Fruncí los labios.
—Pero al menos estaremos juntos 2 dias, amor —Me guiñó un ojo.
Imaginé lo que se aproximaba y estaba ansiosa por dormir al lado de Diego otra vez.
—Le llamaré a Natalia, necesito saber en dónde está —Dije tecleando el celular.
—¿Qué pasa? —Preguntó agitada.
—¿Estás cogiendo?
—No, tuve que correr porque me poncharon una llanta y tengo 2 minútos para llegar con mi mamá.
—¿Sabes si ya está lista?
—Celeste me dijo que ya, sólo falta el ramo y el velo de novia.
—Bien, trata de no ensuciarte mientras corres.
—Ya llegué, primor, apúrate o mamá se pondrá como fiera.
—Estamos en camino, Natalia, mientras trata de tranquilizarla.
—Lo intent... —Se quedó callada.
—¿Qué pasa? ¿Todo bien?
—¿Estás bien, hija? —Logré escuchar la voz de Akira.
—Eres... ¡Ay, no! ¡Estás bien hermosa! —Chilló.
Odio perderme el chisme.
Colgué antes de pedirle a Diego que acelerara.
Logramos llegar a tiempo, justo antes de que mi mamá se subiera a la limusina.
—Joder... —Me quedé boquiabierta.
—¿A tu papá le gustará? —Preguntó sonrojandose.
—Vas a volverlo más loco de lo que ya lo tienes —Afirmé sin dejar de observarla.
—Es tarde —Dijo mi suegra metiendo a Akira.
Entraron todas excepto Diego y yo
—Debo ir con Matías, amor —Besó mi boca—, te veo en la Iglesia.
Asentí antes de meterme y dejar a mi mamá en medio de Natalia y de mí.
—Estoy nerviosa... —Dijo Akira agarrando la mano de cada una.
—Cualquiera lo estaría, vas a casarte pero debes estar bien, por fin te casas con el hombre de tu vida —Le dijo Natalia que también se veía nerviosa.
—¿Pasa algo con Matías? —Preguntó mi mamá.
—No, mamá, todo bien.
—Yo lo he visto raro estos dias —Opiné mirando a Natalia.