Matías.
-Perdónala...
-¿Perdonarla? ¿De qué? No hizo algo malo para ser perdonada.
Negué con la cabeza para eliminar esas voces que pasan por mi cabeza.
Cerré la llave de la regadera y fuí a la habitación.
Sentí un nudo en la garganta al no verla ahí, acostada boca abajo mientras babea.
Fuí a ponerme algo de ropa y mientras lo hacía me reí por lo bajo al recordar que a ella le gustaba ponérmela.
Salí de la habitación para bajar a la cocina. Todo estaba silencioso y se notaba la ausencia de ella.
Me urge buscarla, quiero tenerla pero mis pensamientos me traicionan.
Todo es blanco y negro.
Es un sí y un no.
Es frío y caliente.
Ví a Akira en la cocina. Sólo tenía una bata blanca.
Me acerqué a ella pero se dió la media vuelta antes de que pudiera abrazarla.
-¿Qué te pasa? -Preguntó poniendo una mano en mi pecho para mantener la distancia.
Su rostro empezó a cambiar, se parecía más a Natalia.
Bajé su mano con suavidad y me incliné para besarla pero me dió una bofetada
-¡No soy ella! -Reclamó molesta-. ¡Tu mismo la alejaste!
-Perdóname...
-¿Cuántas veces ella te pidió perdón? -Me agarró por los hombros y apretó lo suficiente para que me doliera-. No hagas idioteces y compórtate como lo que eres.
Me soltó y trató de irse pero la detuve
-¿Qué hago, Akira? La extraño...
-No la busques, antes mejora tu actitud.
-Ayúdame -Fuí a arrodillarme ante ella
-No, Matías, no voy a ayudarte. No quiero que mi hija esté con un tipo que la humilló.
Quitó mis manos de su cadera y se fué.
Me la devolvió... Se vengó por su hija...
Y yo me estoy sintiendo mal... Asi como se sintió ella.
Hasta ponerme de pie me hizo sentir fatal. No había nadie y me sentí humillado.
Llegué a donde está la fruta y me metí algunas uvas a la boca.
-¿Por qué los corriste? -Preguntó Katheryn .
Levanté la mirada y venía con mi papá.
-Ellos quieren irse y es lo mejor -Respondió mi papá sirviendose un vaso con agua
-No puedes permitir eso, Diego debe seguir durmiendo conmigo.
-Si vivimos juntos fué para protegernos entre todos pero ya se acabó. Entiende que José quiere llevarse a su familia a otra mansión.
-Entonces Diego y yo viviremos aparte.
-No tienes idea de lo que dices
-La tengo y por eso te digo que me iré con él.
-¿¡Cuál es la urgencia!?
-¡Estoy embarazada!
La uva se me atoró provocando que tosiera y mientras mi papá escupió el agua
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