Capítulo 16

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Katheryn.

Hiroshi y mis padres decidieron hacer una cena para que las familias puedas convivir y tambien para hablar de negocios pero yo no quiero ir, no me sentiría cómoda estar en el mismo lugar donde esté Diego.

En toda la semana lo he evitado pero en la universidad compartimos dos clases y es imposible que no lo vea.

Terminé de maquillarme y salí de mi habitación para ir con mi papá. Aún no sabe que terminé la relación con Diego y mucho menos que no puedo ser mamá. No he tenido el valor de decirle pero esta vez estaba dispuesta a hacerlo.

—¿Papá? —Pregunté desde el marco de la puerta.

—Pasa, mi cielo —Dijo mientras se ponía un poco de perfume.

La manera en cómo me trata me hace dar cuenta de que no merezco menos ya que mi papá es capás de dar mucho por mí.

—Quiero hablar contigo —Le dije acomodando su corbata.

—Te escucho.

Pasé saliva y me armé de valor

—Terminé con Diego...

Lo ví apretar los puños pero no hizo nada mas que sentarme en la cama.

—¿Te hizo algo? —Preguntó al arrodillarse ante mí.

—Él... No me habló con la verdad...

—¿Te fué infiel?

—No, papá... Es sólo que no me dijo que yo no podía tener hijos, me ocultó eso aún sabiendo que me dolería más su silencio.

—¿Cómo está eso de que no puedes tener hijos? —Agarró mis manos y me miró preocupado.

—Fuí con mamá a hacerme unos análisis y resulta que no puedo, que el problema está en mi glándula no se qué —Bajé la mirada esperando a que me dijera algo malo.

—Ay, cosita —Me abrazó sorprendiéndome—. No importa si no puedes tener hijos o quizá pueda haber un tratamiento para eso y en cuanto a Diego voy a tener que hablar con él.

Me separé negando con la cabeza.

—Yo no quiero que regresemos, papá, estoy muy dolida por ésto.

—No le diré que regrese contigo si no que sea hombre y aprenda a decirte las cosas de frente

—No le digas nada —Agarré sus manos—, así dejémoslo y que el tiempo lo solucione.

—No, preciosa —Acarició mi mejilla—. No siempre el tiempo debe solucionar todo.

—Lo amo pero no me siento lista para estar con él.

—Pues dile eso pero no se hagan daño, eso no es amor.

Limpié mis lágrimas.

—¿Qué me recomiendas que haga?

—Que hables con él, dile que eso te dolió y por eso no te sientes cómoda al continuar la relación. Yo sé que él te ama y si te ocultó eso fué para protegerte... Yo también lo haría.

Mordí mis labios mientras asentía y mi papá volvió a abrazarme.

—No se lo dejes al tiempo, si las cosas las puedes solucionar entonces hazlas.

—¿Te hubiera gustado quedarte con Akira desde que eran jóvenes?

—Por supuesto —se rió por lo bajo—, pero si así hubiera sido no estarías tu ni Natalia, tampoco Matías y quizá Mauro.

—¿Qué le viste a mi mamá? ¿Alguna vez la consideraste hermosa?

—Fué una mujer hermosa físicamente, una de las más populares en mi época y me gustó pero para ella todo era moda, salir de compras y casi no me prestaba atención a menos de que fuera en la cama.

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora