Capítulo 23

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Rosa

Suspiré sonriendo al ver aquella pareja en el altar, se ven tan felices y se lo merecen después de tanto que han pasado.

—Natalia se ve  bonita —Le dije a Celeste que estaba sentada a mi lado.

—Demasiado, siempre he admirado su belleza.

—Puedes besar a la novia —Dijo el  pastor.

Escuché sollozos a mi lado, miré a Celeste y ella sonreía así que miré a Alonso y...

Abrí más los ojos al ver a Natalia sentada junto a mí llorando. Volví la vista hacia enfrente y eran Matías y Alonso los que se casaban.

—No puedes casarte con él —Dijo Diego entrando a la Iglesia.

—¿Qué haces aquí? —Le preguntó Matías.

—Vine a que te des cuenta que cometes un error al casarte con él porque tu me amas a mí...

—Matías ya tocó mi interior así que lárgate porque me ama a mí —Le dijo Alonso enojado mientras acomodaba su vestido.

Comencé a sentirme mal, todo daba vueltas...

Mi respiración estaba acelerada mientras tocaba mi pecho. Fué un sueño. Un estúpido sueño.
Me afectó que Matías tocara el pene de Alonso y que Diego besara a Matías.

Ví el reloj y falta una hora para que mi alarma suene pero yo ya no tengo sueño. Ya pasaron dos meses de la boda de Akira y cada vez tengo menos dinero a pesar de que la tarjeta que Celeste me regaló aún tiene millones pero no quiero gastarlos tan rápido, las colegiaturas son muy caras y el negocio de mi tía no ha tenido muchas ventas últimamente.
Necesito trabajar más y ahorrar para el futuro pero nadie dijo que sería así de difícil.

Me levanté para ducharme mientras pensaba en cómo le haría para seguir estudiando sin que mis amigos se den cuenta y mucho menos Alonso de que no tengo dinero.

Cuando era la hora de abrir el negocio me quedé mirando los candados y me puse a llorar.

Te extraño mamá. Te extraño, papá. Te extraño, hermanita.

Le he tenido cierto cariño a Jessy ya que ella pasa por algo similar a lo mío pero no quiero llamarla cada vez que me siento mal.

Mi celular vibró y al agarrarlo sonreí viendo que era un mensaje de Celeste.

"Buenos días, preciosa. ¿Ya abriste? Me acabo de levantar pero llegaré como en veinte minútos para que desayunemos. Te amo"

Mordí mi labio inferior controlando las ganas de seguir llorando.

Necesito dinero y debo conseguirlo.

Le llamé a Matías con la esperanza de que no estuviera con Natalia para no interrumpirlos aunque lo creía difícil ya que hoy es sábado y deben estar juntos aprovechando que no van al colegio.

—Hola —Saludó con voz ronca, como si apenas estuviera despertando.

—¿Estás ocupado?

—No, ¿Qué tienes?

—Yo... —Pasé saliva y suspiré—, necesito... Trabajar en tu bar...

Las palabras se me salieron solas pero sé que puedo ser de mucha ayuda para su bar y las propinas son muy buenas, más ahora que meterá comida de restaurante.

Hubieron segundos de silencio así que hablé de nuevo.

—¿Sigues ahí?

Escuché un quejido antes de que hablara.

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora