Matías.
Cuando los niños se fueron al cuarto de tareas me tuve que apurar a guardar los archivos que Natalia dejó pendientes pero no lograba concentrarme mucho así que mejor se los mandé por correo a mi suegro con un mensaje diciendo: "Papá, ¿Me puedes ayudar a cerrar ésto? Es urgente y quiero tener todo en orden. Te amo. Atentamente, tu hija"
Cuando mi suegro respondió al correo diciendo que haría todo, me emocioné y froté las palmas de mis manos mientras sonreía.
—¡Papá! —Gritó Daisy desde abajo.
Fruncí el ceño porque se supone que están en el cuarto de tareas pero después abrí más los ojos recordando que Daisy es una niña traviesa y está en su instinto ir hacia las cosas que le atraen. Y Bruno... Joder, el es experto en apoyar a Daisy para trabajar juntos.
Bajé lo más rápido que pude y Bruno levantó los brazos emocionado.
—Mira, papá, si pudimos hacer la tarea.
—¿Terminaron? —Pregunté.
—Sólo teníamos que marcar nuestro nombre por la línea punteada, nada difícil —Respondió Daisy.
Por un segundo pensé en qué tal vez su abuelo Hiroshi tenga razón y mis hijos deban avanzar de grado, apenas entraron al preescolar y ya saben incluso hablar un poco de inglés y claro, su lengua natal; el ruso.
—¿Estás pensando en mamá? —Preguntó Daisy mirándome desde abajo.
—Como siempre, mi niña.
—Ya ves que anda muy enojona desde que le empezó a crecer la panza.
Me reí por lo bajo y negué con la cabeza.
—Ya te explicamos que vas a tener otro hermanito.
—O hermanita, la verdad prefiero a una niña... No, mejor no porque así yo ya no sería tu consentida... —Frunció los labios y le dió golpesitos a su barbilla.
—Papá... —Habló Bruno nervioso.
—¿Si?
—¿Éstos papeles son tuyos?
Me acerqué y llevé las manos a la boca cuando ví los contratos llenos de tierra y justo cuando ya estaban firmados por Hiroshi
—¡El abuelo se enojará! —Gritó Daisy.
—¿Cómo sabes que son del abuelo? —Preguntó Bruno.
—Porque esta es su... como un sello—La señaló con el dedo.
—¿Sello?
—Lo que lo representa... ¡Firma!
—No entiendo nada...
Bufé antes de quitar toda la Tierra de los papeles pero Daisy llegó con una maceta y levantó las cejas.
—Tírala sobre la tarea de mi hermano —Dijo a manera de orden haciéndome recordar a su mamá.
—No, papá, ni se te ocurra —Habló Bruno de inmediato.
Por mi mente pasó que hacer eso no sería muy maduro de mi parte pero... Que maduren las frutas, yo soy Matías Cooper.
Daisy se rió cuando la tarea de su hermano tenía tierra encima y luego agarró un vaso con agua antes de querer aventarlo pero Bruno la movió provocando que el vaso cayera en el mueble que está cerca del sofá...
—¡No jodan! —Expresé abriendo más los ojos y agarré los papeles que resultaron mojados—. Éstos papeles son los exámenes que mamá va a aplicar a sus estudiantes...