Jennifer Park y Nora Sanders han sido mejores amigas desde el último año de preparatoria, pero Nora no está consciente de que Jenny siente más que amistad por ella y tampoco Jenny quiere decírselo debido a que todos los intereses y parejas de su ami...
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Luego de hablar un rato, en el jardín del campus, solo puedo quedarme viendo como Thomas llora y está tan enojado. Él no sabía que fue lo que ocurrió con su primo, únicamente sabía que había muerto.
—¡Me niego a aceptar que eso pasó! —Se cubrió el rostro—. Matthew... Matthew... ¿Por qué... no pude protegerte? —No paraba de lamentarse—. No debí... permitir que nos alejaran.
Después de otro rato, comienza a hablar más tranquilo.
—Matthew y yo somos primos por parte de nuestras madres, pero yo lo quería como un hermano. Éramos inseparables, hasta que nuestras madres se distanciaron y... perdí contacto con Matthew. —Sonríe ligeramente hacia mí—. Me alegra saber que tuvo una amiga y que ella lo quiso tanto como yo.
Le extiendo la mano y nos miramos fijamente. Sabíamos que ninguno de los dos esperaba tener que conocernos por esta manera, aun así, estábamos contentos de saber que no éramos los únicos que una vez lo amaron tanto.
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Thomas y yo comenzamos a salir como amigos, él era mi escape para los días agotadores de trabajo y escuela. Me sorprendió mucho saber que, al igual que Matthew, venía de una familia rica. Amaba pasar mis tardes estudiando o tomando un simple café. Puedo jurar que, después de Matthew, Thomas es el segundo chico con el que me he sentido tan cómoda como amigos.
Es cierto, me pregunté muchas veces si podía llegarme a gustar Thomas, pero... había algo en él que no me atraía de esa forma, a pesar de ser caballeroso, guapo, atento y muchas otras cualidades. No entendía el porqué, pero realmente no me sentía atraída por él.
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—¿Qué miras tanto, Nora? —me pregunto Thomas cuando llegó a mi lado.
Estoy sentada en la biblioteca escolar y él toma asiento a mi lado.
—¿Te acuerdas de qué te hablé de mi mejor amiga?
—Nora, me has contado tanto de ella que sé mucho sin siquiera haberla visto. —Thomas sonríe—. Pero dime qué pasa.
—Me mandó unas de sus últimas fotografías por correo, ¿Quieres verlas?
De mi mochila saco el sobre con las fotografías y se las muestro. De inmediato, los ojos de Thomas se iluminan.
—Son tan hermosas —dice Thomas con la vista totalmente en ellas—. El encuadre, las técnicas de perspectiva y color, el manejo de los tipos de lentes... es algo ya casi profesional.
—Sabes mucho de fotografía, ¿Eh?
—Me gusta el arte —admite—, especialmente el arte relacionado las imágenes, pintura y fotografía. En parte, me hubiera gustado estudiar artes, pero nunca tuve el talento para crearlos yo mismo, solo apreciarlos.
—Yo... era buena en el dibujo —admito algo apenada—, pero hace tanto que no lo he hecho, que siento que ya ni sé cómo tomar un lápiz.
