13

12.6K 1K 29
                                        

Tres días han pasado y solo nos hemos concentrado en los arreglos para hacer "habitable" la casa en lo que Nora hace los trámites con una inmobiliaria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres días han pasado y solo nos hemos concentrado en los arreglos para hacer "habitable" la casa en lo que Nora hace los trámites con una inmobiliaria. Si tengo que volver a encontrarme insectos en las esquinas, me voy a volver loca. Con lo fácil que sería que Nora siguiera en mi casa, pero ella luce decidida en hacerlo.

Me alegra que ayer por fin terminamos lo último que fue verificar el estado de la cañería y remplazar algunas tablas del suelo. Para celebrarlo, Nora me invitó a ir a comer en una cafetería.

Estoy en mi habitación y... todavía no decido qué ponerme.

Sé que esto es algo muy trivial, pero me siento ansiosa y con ganas de lucir lo más bonita que puedo. Me siento como... si fuera... una cita.

¿Qué estoy diciendo? Claro que no lo es.

Desde aquel verano... No. Desde el comienzo, sabía que jamás podría haber algo entre nosotras. Así que no debería hacerme ilusiones o eso acabaría comiéndose mi corazón.

Será mejor ponerme lo que sea y dejar de actuar como una tonta. Mientras me pongo mi típica camisa negra y mis jeans oscuros, miro hacia el pequeño mueble al lado de mi cama donde está el regalo de Nora. Al final, sí terminé comprando ese vestido verde. Espero le guste.

El regalo está una bolsa negra y, justo al lado, está la carta de profesor Banks y la oportunidad de irme a Inglaterra. Todavía no me decido si aceptar o no. Quería contárselo a Nora, pero no he tenido oportunidad.

Quería saber qué pensaba de que yo me fuera lejos, pero luego de lo que me contó ese día... ¿Está bien quedarme atrás mientras ella se va? No lo sé.

Creo que... tal vez... una parte de mí espera que, si le digo esto, me diga: "No te vayas. Te necesito a mi lado."

¿Por qué siento tan desesperadamente que me diga eso?

También tengo la duda de que, si yo se lo digo... ¿Ella qué haría por mí?

*****

La cafetería donde estamos está por la ciudad y no tiene mucho que la abrieron. No es muy grande, pero me impresiona la cantidad de libros que tiene en varios estantes alrededor. Según nos explicaron, puedes pedir uno mientras estás aquí. Creo que ya tengo un nuevo lugar preferido.

—¿Te gusta el lugar? —me pregunta Nora mientras estamos sentadas una frente a la otra.

—¡Vaya que sí! —casi grito, entusiasmada—. Vendré muy seguido aquí.

—Lo vi el otro día y sabía que tenía que traerte aquí. —Luce orgullosa—. Te conozco tan bien.

Quisiera poder controlarme, pero mi corazón está como loco por un detalle pequeño. En verdad, adoro a esta chica.

Luego de que nos trajera nuestro café y de postre un mousse de chocolate, ambas nos quedamos conversando un poco y eso me hace darme cuenta de lo parlanchina que Nora se ha vuelto. Me alegra que se suelte más. Todavía recuerdo lo difícil que era conversar al principio de nuestra relación, pero ahora hasta nos podemos reír y sentirnos cómodas.

Perdóname, AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora