Abril. Año 2001.
Hoy estoy en el salón de artes, me quedé después de clases al terminar el trabajo de hoy que es dibujar sobre un lienzo una canasta de frutas. Adoro estas clases donde puedo sacar mi potencial artístico y mi favorita es la fotografía, pero soy un asco dibujando y no se diga el baile o el canto. Deberían prohibirme que me acerque a esas tres.
—Hola, Jenny. —Frente a mí está Nora con su mochila en la mano—. Me dijeron que estabas aquí.
—Sí, quiero dibujar esto, pero mira. —Le muestro el mini lápiz que tengo la mano—. De tanto repetir ya casi me acabo el lápiz.
—¿Quieres que te ayude?
Me hago a un lado mientras ella toma un banco y se sienta junto a mí. No sé cómo pasó, pero diez minutos después ya había un trazo decente del dibujo.
—Eres buena dibujando —admito—. ¿Te gusta?
—Antes, era algo que me relajaba y luego él modelaba para mí con poses raras y me hacía reís mucho este Ma...
De pronto, Nora se detiene y hasta hora el lápiz al suelo. La veo y noto como una pequeña lágrima, escapa y recorre su mejilla.
—Lo siento, no quería...
—Descuida. —Le tomo de la mano—. No voy a preguntar si te lastima.
—Lo siento, Jennifer. —Se limpia con la manga de su suéter—. Algún día yo...
—No hace falta, todo a su tiempo.
Quisiera que me dijera ahora, tal vez podría ayudarla, pero no debo presionarla. Por ahora, me limito a entregarle un pañuelo de mi mochila.
—Gracias. —Parece un poco mejor—. ¿Quieres que te diga ayudando? Aunque pueden que sospechan de que te quede bien.
—Tienes razón en eso. —Tomo el lápiz del suelo—. Mejor será hacerlo yo, pero me gustaría que me guiaras.
—Con gusto.
Con Nora a mi lado, me guía en cómo hacer el trazo, como crear sombras y luces, un poco de textura y mejorar el pulso. Ella es bastante paciente y hacer las cosas bastante fáciles de comprender.
—Serías una buena maestra —comento.
—Siempre he pensado que tengo la paciencia suficiente para lidiar con los niños. —Sonríe un poco—. Quizás por eso quiero ser pediatra y quizás madre en un futuro.
—Por eso te has esforzado mucho en tu promedio, ya verás que te darán la beca.
—Es la única manera que tengo para seguir adelante. —Aparta un poco la mirada—. Mi madre me dejó muy en claro que no me pagará la universidad, que mejor me vaya de puta con alguien rico.
¿Cómo puede ser tan malvada esa mujer?
—Tú vas a lograr tu sueño, lo sé.
Cuando siento, Nora recarga su cabeza en mi hombro y eso provoca en mí que me ponga toda tensa.
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Perdóname, Amiga
RomanceJennifer Park y Nora Sanders han sido mejores amigas desde el último año de preparatoria, pero Nora no está consciente de que Jenny siente más que amistad por ella y tampoco Jenny quiere decírselo debido a que todos los intereses y parejas de su ami...