Jennifer Park y Nora Sanders han sido mejores amigas desde el último año de preparatoria, pero Nora no está consciente de que Jenny siente más que amistad por ella y tampoco Jenny quiere decírselo debido a que todos los intereses y parejas de su ami...
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Pronto van a dar las seis de la tarde, no falta mucho para que la cena de inicio. Yo bajo primero de mi habitación al comedor, el cual ya está listo. Me encanta lo detallista que siempre ha sido Nora: cada cubierto y plato listo, unas flores en un jarrón en medio y una luz tenue, además de que percibo el olor de una comida ya lista. Ha mejorado muchísimo en esto último y me encanta.
Todo sería tan romántico y encantador, hasta que veo tres platos y regreso a mi realidad.
Mi triste realidad.
Aunque esta vez, hay... alguien más.
No le he dicho a Nora que he invitado a Saiko. Lo admito, la invité por despecho e inclusive me siento un poco mal de utilizar a Saiko, pero estoy un poco harta de ser yo la que se moleste y salga herida. ¿No está mal... vengarme un poco? Considerando que ellas se llevan mal por algún motivo que desconozco, quizás me sienta mejor destruir un poco esta noche.
¿No? ... ¿Qué estás diciendo, Jennifer Park? No eres así.
Quizás debería llamarle a Saiko y evitar que...
En ese momento, suena el timbre de la casa. Espero que no sea Saiko y no sea tan tarde para detenerla. Sin embargo, al abrir la puerta, me encuentro con un ramo de rosas rojas y al comandante Zamora con una camisa blanca y una aparecía elegante. Realmente parece un príncipe.
—Buenas tardes, Señorita Park.
—Buenas tardes, veo que viene preparado —respondo de la forma más educada que puedo y sin dejarme llevar por mi enojo.
—Claro que sí, después de todo, amo la comida de Nora.
Como desearía golpearle la cara. Él solo conoce la faceta de buena cocinera de Nora, nunca probó sus horribles primeros pasos. Qué asco.
Lo dejo pasar a la casa y entra como si ya fuera el dueño. ¿En serio no tiene una cara oculta como Philip? Ya sé que no, pero... me gustaría que así fuera. No sé, creo que solo me estoy dejando consumir por los celos.
Mierda.
—¿Ya están todos listos?
El comandante y yo volteamos hacia arriba de las escaleras y nos encontramos con la figura de Nora. Está usando un elegante traje de color blanco con una blusa verde. Además de que está bastante arreglada para solo ser una cena casual en casa. Ella baja a toda velocidad y aunque mis ojos solo se enfocan en ella y estaba a punto de acercarme, el comandante se me adelanta y la saluda primero mientras le entrega las rosas.
Ambos conversan muy felices frente a mí, con sus ropas elegantes y con aura de confianza. En cambio, yo, ni siquiera me esforcé en cambiarme de mi ropa casual. Al lado de ellos, parezco recién levantada de la cama y eso es casi cierto. Después de todo, estuve preparando muchas cosas en la madrugada para mañana, porque...
—¿Por qué no vamos ya a la mesa? ¡La comida está lista e hice mucha para todos! —dice Nora con entusiasmo y el comandante la sigue por detrás con esa sonrisa perfecta.