Perdóname, Amiga

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Los siguientes dos días, estuve durmiendo en su departamento y muy ocupada con los trámites. Por suerte, tenía vigente mi pasaporte y con la influencia de Saiko, todo fue muy rápido. Fue muy repentino en mi trabajo renunciar, pero lo tomaron de buena manera y me desearon mucho éxito.

Mis padres tampoco lo tomaron bien y me preguntaron si estaba segura de mi decisión. Yo les dije que sí y que no le dijeran a Nora. Mi madre me dijo que ella llamó buscándome el otro día.

Que lucía triste.

Incluso le llamé a Brianna la noche anterior, le conté todo el drama y futuro. Ella solo me dijo:

—Jenny, espero que esto no sea solo por impulso y realmente sea la felicidad que buscas.

Es cierto, andar en constantes viajes y fiestas no es algo que estaba en mis planes, pero al menos estaré junto a alguien que me ama. ¿No está bien por fin buscar sentirme así?

Sin embargo, y pensándolo en frío, creo que tenía que decir mis sentimientos con más claridad. Decirle que mi amor no es como amigas o hermanas.

Si no como mujer.

Entonces por fin llegó este día, nuestro vuelo sale en cuatro horas y todas nuestras maletas están siendo llevadas al aeropuerto. Yo me encuentro en el departamento supervisando todo, mientras que Saiko salió a desayunar y hablar unas cosas con su padre. Ese hombre, sí que es intimidante, tiene la apariencia de un hombre de negocios rudo. Me pregunto si sabrá la orientación de Saiko.

No, esos dos deben ser de los que no hablan mucho.

Mientras los últimos trabajadores salen con las maletas faltantes, una figura femenina entra al departamento. Yo me paralizo, pues la reconocería donde estuviera. Sin embargo, su rostro es triste y está lleno de ojeras, como si no hubiera dormido bien.

—¿Qué haces aquí, Nora? ¿Cómo me encontraste? —Me tiembla la voz.

—Aunque no lo creas, Saiko me llamó y dio la dirección, yo... quería hablar contigo. —Ve la última maleta que hay lado de la puerta—. Veo que tenía razón, te irás a Japón con ella.

Me sorprende que diga que Saiko hizo eso, más considerando lo mal que se llevan.

—¿En serio te vas a ir con ella? —pregunta mientras se me acerca.

—... Sí.

—¿Será como cuando te fuiste a Londres?

—No, ahí estaba en un solo lugar. Con Saiko, viviremos en Japón, pero viajaremos a donde ella tenga que ir.

Saiko es alguien tan acostumbrada a no estar en un solo punto, mientras que yo... lo daría todo por tener una vida tranquila. No tengo idea de como haré que esto funcione.

—¿Eso te gusta? Yo creí que no.

... Me conoce.

—No, pero es algo que debo hacer para estar a su lado.

—... ¿Por qué?

—Así es cuando amas a alguien, la seguiría hasta el fin del mundo.

—¿La amas a ella?

—... Eso quiero hacer algún día.

El silencio se hace presente y es incómodo. No sé qué más decir o hacer, ¿Por qué no se va de una vez?

—Jenny, no te tienes que ir si no quieres. Puedes quedarte... conmigo.

—¿Por qué?

—Porque tú eres mi...

Aquí vamos.

—Mejor amiga, lo sé —la interrumpo—. Lo he oído por muchos años, pero ya no pienso serlo más.

—¿Por qué? ¿Por qué ya no quieres ser mi amiga?

Suspiro para conserva la calma y paso una mano por mi cabello. Supongo que... ya no tengo nada que perder.

—No es que no quiera ser tu amiga, es que... yo... ya no aguanto... No, no voy a andarme con rodeos otra vez. —Me pongo firme ante ella—. Te lo diré por tercera vez, pero seré lo más clara posible.

Además, si no se lo digo como es debido, me arrepentiré el resto de mi vida. La miro como jamás lo hice y con sinceridad más profunda en mi corazón, finalmente, decido hablar.

—Mis sentimientos por ti son más que los de una amiga o una hermana. —Le doy mi mejor sonrisa y más sincera que puedo ofrecer—. Nora Sanders, te amo como mujer.

Después de eso, mis instintos tan reprimidos por años se apoderan de mi cuerpo, por lo que dejo que mis manos reaccionen y la tomen de los brazos, ella permanece inmóvil mientras me acerco y, después de tanto que lo he soñado y desearlo, le robo un beso de sus labios rosados.

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Final Parte II: Viernes 28 de abril