Jennifer Park y Nora Sanders han sido mejores amigas desde el último año de preparatoria, pero Nora no está consciente de que Jenny siente más que amistad por ella y tampoco Jenny quiere decírselo debido a que todos los intereses y parejas de su ami...
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Mi respiración está muy agitada, mis mejillas están rojas y mis piernas tiemblan a pesar de que trato estar lo más firme posible. Finalmente, le dije lo que tanto había ocultado mi corazón por tantos años, mientras que Nora me mira confundida.
—Yo también te amo, eres mi mejor amiga.
La miro a los ojos y me entra una sensación de pánico antes de poderle decir que la amo como mujer. Miedo. Nora no busca a una mujer y no quiero perderla, pero tampoco puedo seguir con estos sentimientos no correspondidos. Me están lastimando a un nivel que definitivamente ya no es sano.
—Tú... ¿Acaso... todavía no lo...? —No soy capaz de seguir hablando—. Por favor, déjame ir a mi cuarto. Quiero estar sola ahora.
En su rostro noto que no quiere que esto se acabe así, pero entiende que no puedo seguir más, así que solo hace lo que le pedí. Al irme a mi habitación, cierro la puerta con seguro. No quiero que ella entre.
Definitivamente, esta no era la manera en que deseaba confesar lo que he sentido por ella y me siento mal por eso, pero otra parte de mí siente alivio de por fin saliera a la luz.
... Yo ya no quiero seguir un minuto más aquí.
No quiero escucharla rechazándome...
O peor... odiándome...
No.
No podría vivir con eso.
Así que tomo mi maleta y guardo todo lo esencial. Al terminar, bajo por las escaleras donde me encuentro a Nora sentada y me voltea a ver de inmediato, está impactada al verme.
—¿Por qué tienes esa maleta, Jenny?
—Me voy de aquí.
—¿Por qué te vas? —pregunta confundida—. ¿Qué te está pasando, Jenny?
—¡QUÉ ESTA ES MI DECISIÓN, NORA! —grito, furiosa y con lágrimas en los ojos—. ¿Tan estúpida eres para no darte cuenta a pesar de que ya te lo dije en la cara dos veces la razón por la que no puedo verte con Ray?
Ella no dice nada, solo se me queda mirando, mientras que yo sigo firme mi camino hacia la calle donde ya me espera el taxi que he pedido. Ella tampoco me sigue, solo me deja ir.
Una vez más lejos de la casa, mi llanto se hace presente.
Esto es lo mejor, ¿No?
No puedo hacer que ame de la misma forma y yo no puedo seguir esperando un imposible. Ya no puedo sufrir así, entonces... ¿Por qué esto se siente mil veces peor?
No puede decirle adiós a la mujer que más he amado en la vida.
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