81

3.9K 317 12
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días pasaron y Jenny cumplió su promesa de estar a mi lado cuando fuimos al médico para comenzar con el tratamiento del VIH y mis primeras citas con el psicólogo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días pasaron y Jenny cumplió su promesa de estar a mi lado cuando fuimos al médico para comenzar con el tratamiento del VIH y mis primeras citas con el psicólogo. Admito que no fue nada fácil hablar de toda la basura que tengo acumulada, pero luego me di cuenta de lo mucho que lo necesitaba.

Thomas se alegró tanto al ver que por fin estaba recuperándome y tomando las riendas de mi vida. Matty, por otro lado, parecía que no se había dado cuenta de lo que me pasaba o tal vez sí y no quiere demostrarlo. No lo sé, pero... tal vez cuando él sea grande, pueda contarle todo lo que realmente pasó.

Finalmente, llegó el 31 de diciembre. Thomas insistió en que nos quedáramos en su casa hasta que pasen las fiestas. Justo esta noche, se está realizando una fiesta con sus conocidos de la firma de abogados en su casa. Hay mucha gente que no conozco, por lo que me siento algo incómoda. Al menos Matty parece feliz jugando con el resto de los niños que también vinieron con sus padres.

Por otro lado, solo me la paso de un lado al otro con una copa de champagne en la mano hasta que llego al balcón y justo a tiempo para ver los fuegos artificiales cuando marquen el nuevo año.

—Por fin te encuentro, Nora.

Miro hacia atrás cuando escucho esa voz.

Podría reconocer la voz de Jennifer en cualquier parte. Hoy luce hermosa con el cabello recogido y su vestido negro que marca su silueta femenina.

—Me agobié con tantas personas a mi alrededor.

—Lo mismo me pasa siempre en este tipo de fiestas —responde y se me acerca—. Nora, tengo que preguntarte algo.

Su semblante es tan diferente, como si hubiera ganado confianza al estar cerca de mí.

Es... increíblemente atrayente.

—Dime.

Se me queda mirando unos instantes antes de seguir.

—Nora, sabes que te amo, ¿Verdad?

—Sí.

—Como mujer. Lo sabes, ¿Verdad?

Ahora está preocupada, lo entiendo. Ya ha sufrido bastante por mi culpa, así que me toca ser directa de una vez.

Perdóname, AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora