71

4.2K 325 15
                                        

A pesar de haber aceptado la realidad de mis sentimientos, yo muestro mi cara ingenua y alegre cuando me entero de que Thomas invito a Jennifer, aunque por dentro me siento irritada de esta situación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A pesar de haber aceptado la realidad de mis sentimientos, yo muestro mi cara ingenua y alegre cuando me entero de que Thomas invito a Jennifer, aunque por dentro me siento irritada de esta situación. Siento que lo correcto no es decirle la verdad. ¿Por qué? Probablemente, Jennifer no sigue sintiendo lo mismo por mí, han pasado tantos años que dudo que sería cruel de mi parte decirle que ahora soy yo la que siente algo por ella.

Ella merece comenzar de nuevo, aunque eso me haga sentir mal. Supongo que así debió sentirse cuando me veía salir con esos chicos. Qué imbécil y ciega fui para no darme cuenta de lo mucho que duele.

Tal vez Thomas la puede hacer mucho más feliz que yo, después de todo, es una buena persona, al igual que mi querido amigo, Matthew. Quizás él estuviera aquí, me hubiera orientado sobre esto. Como lo extraño, más hoy que estoy sola en la casa: Jennifer por fin tiene esa cita con Thomas y mi niño Matty está con su padre.

Después de estos meses juntos en esta casa, me siento sola de nuevo. Podría compararlo a cuando mi madre estaba viva y me dejaba en esa casa. Ahora hay más color y podría salir, pero no quiero, ambas situaciones me tienen tan estresada que solo puedo quedarme sentada en el sillón a suspirar.

*****

Tres días, tres días llenos de angustia en lo que creía que la vida se me iba, Philip y mi hijo habían desaparecido. No los podían encontrar por ningún lugar. Yo no dejaba de buscarlo por todos lados y tampoco dejaba de llorar.

No comí y no dormí bien. Jenny y Thomas, aunque estaban ayudándome en cada momento, ambos me decían que descansara. ¿Cómo podía hacerlo si mi hijo estaba sin aparecer? No podía hacerlo, no quería hacerlo. Solo quería a mi niño de vuelta en mis brazos.

Maldita sea mi suerte.

No quiero que nada le ocurra a mi pequeño Matty. A mí destrúyanme todo lo que quieran, pero a mi niño no. Él no merece eso. Lo quiero sano, lo quiero alegre y junto a mí.

Por favor... devuélveme a mi bebé.

Por favor...

Quiero morir si algo le llega suceder.

Por favor... Matthew...

*****

—¡MI NIÑO! —grito en cuanto veo a mi hijo en brazos del comandante de la policía.

No puedo creerlo, por fin está de vuelta. Mis lágrimas no se contienen en lo más mínimo y no dejo de abrazarlo muy fuerte.

—¡GRACIAS! ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS! —repito y repito entre sollozos.

—No debe agradecerme nada, Señora Sanders —escucho la voz del comandante.

Volteo para verlo, muy agradecida le sonrío. Si no fuera por su ayuda y la de todos en esta sala, yo no sabría qué habría hecho.

Perdóname, AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora