Ya he visto suficiente violencia por hoy. Todo el mundo se va retirando poco a poco a la barra del bar y el hombre con mirada de lobo baja del cuadrilátero y lo veo irse a vestuarios, no sin antes acabarse su botella de whisky. Me gustaría ir a tomar algo yo también, pero el dinero que me queda es escaso y aquel lugar está lleno de gente, así que decido salir del edificio y entrar a un bar contiguo a él.
El ambiente está bastante más calmado aquí y solo hay seis o siete personas. Un hombre juega a cartas con lo que parece ser una prostituta, otro está dormido con una botella de ron en la mano y los demás se limitan a beber solos y en silencio. El camarero limpia un vaso con un pedazo de tela sucio una y otra vez, mirando a la pared.
Me siento en la barra y pido un vaso de agua, porque creo que no tengo dinero para nada más. Aunque el estómago me ruge de hambre, es más importante beber que no comer. Ahora que lo pienso, creo que llevo dos días sin probar bocado. Me tomo el vaso a sorbos pequeños, degustando cada gota de agua y apurándolo hasta que no queda nada en su interior.
Deben haber pasado casi dos horas desde que salí del anterior bar y me entretengo mirando la partida de cartas de los que se sientan detrás de mí. Veo sobre la barra un bote de propina lleno de dinero y se me cruza por la mente robar un poco para comprar comida, así que me quedo mirándolo fijamente, esperando que el camarero se aparte para poder meter la mano y...
- ¿Vas a tomar algo más?- pregunta éste, sin dejar de limpiar el vaso.
No respondo, solo miro hacia el suelo y niego con la cabeza. Entonces el barman coge el bote de dinero y lo aparta de mí, leyéndome el pensamiento.
Genial. Hoy tampoco como.
De repente oigo unos pasos pesados que entran en el bar y siento la figura de alguien que se sienta a mi lado. Me da pereza incluso el hecho de levantar la vista, así que me quedo quieta mirando al suelo.
- Pon me una cerveza -dice el recién llegado.
Tras esto, oigo el ruido de un mechero y empiezo a oler a tabaco... No, creo que no es tabaco, es algo que huele más fuerte: un puro.
Es extraño ver a alguien fumando un puro en los tiempos que corren, y su voz no parecía pertenecer a nadie muy viejo. ¿Un joven fumando un puro? Esto no se ve todos los días, así que levanto la mirada y lo observo, refugiada bajo mi capucha.
Entonces nuestras miradas se cruzan durante un breve instante. Tiene unos ojos marrones de diversos tonos. Justo entonces lo reconozco: es el hombre que ha ganado la batalla en la jaula, "Lobezno"...
Pero hay algo que realmente me resulta curioso y es que no tiene ningún corte, magulladura ni una gota de sangre por la pelea. Lo único que percibo en su cara son unos ojos hundidos que expresan pesar y desgana por la vida.
El camarero le sirve su cerveza y entonces aparto la mirada de él. Sigue fumando su puro y llena todo el local de un blanco humo cuando de repente oigo algo en las noticias que me hace prestar atención. Las palabras textuales del presentador son:
"El Presidente ha comunicado su malestar en cuando al tema de los mutantes y está desarrollando un método de busca y captura para todos ellos. Pretende crear una organización preparada y entrenada para encontrarlos a todos. También ha comunicado que no piensa darles ningún tipo de mal trato, solo desea separarles un tiempo de la sociedad para estudiar sus comportamientos. Por eso, desde aquí, ha pedido que si algún mutante desea entregarse voluntariamente, es libre de hacerlo y será bien acogido por la organización."
Al acabar la noticia, no puedo evitar sonreír, bajar la mirada y negar con la cabeza. ¿Cómo pueden pensar que somos tan estúpidos como para entregarnos para que nos diseccionen?
Ese tal "Lobezno" se gira hacia mí y clava sus ojos salvajes en los míos. Es como si hubiera oído mi sonrisa. Tras unos segundos, vuelve a mirar detenidamente su cerveza y un silencio de ultratumba vuelve a asolar el bar, hasta que...
- Me debes dinero.- dice un hombre robusto, colocándose detrás de Lobezno. Lo reconozco como el calvo al que ha vencido unas horas antes.
Hay un hombre tras suyo que intenta pararle, pero se sigue acercándose cada vez más hasta quedar cara a cara con el hombre con ojos de lobo.
- A nadie le dan una paliza así sin que le queden marcas- dice el calvo, escupiendo las palabras.
Lobezno no dice nada, solo sigue mirando impasivo su bebida y da otra calada de su puro. Entonces el calvo se acerca a su oído y le susurra "Sé lo que eres...".
- Has perdido dinero; si sigues así, perderás otra cosa- le contesta Lobezno, manteniendo una calma impresionante.
El hombre que intentaba contener al calvo lo jala por el brazo e intenta sacarlo del local, pero entonces éste saca una navaja y se dirige hacia Lobezno con una mirada asesina en los ojos.
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X-Men: Mi inmortal
FanfictionFanfic romántico y de aventuras entre Lobezno (Logan) y Pícara (Marie). Basado en la saga X-Men de Marvel. · La joven Marie, harta de herir a la gente al entrar en contacto con su piel por culpa de su reciente mutación, huye hasta Loghlein City: u...