You can't hurry love

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- ¿Sabes, Marie? -dice Logan con una voz suave y cálida cerca de mi oreja, y siento su suave aliento que me hace cosquillas- Eres de las primeras personas que se sincera conmigo de esta manera, por no decir la primera. Creo que ya es hora de que sepas algo más de mí que mi nombre y me encantaría explicártelo todo...

- ¿Pero?

- Pero eso puede esperar.

Le miro con expresión de interrogación mezclada con sorpresa y decepción.

- Estamos a cinco minutos de la residencia del Profesor Xavier... Y no creo que tenga tiempo de explicarte mi vida antes de llegar.

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Logan's POV

Marie se pasa el resto del trayecto con una sonrisa en la boca aunque sus ojos siguen mostrando pesar. Yo conduzco en silencio, mirando fijamente la carretera, aunque no puedo dejar de pensar en todo lo que acaba de contarme. Es increíble que siendo tan joven haya pasado tantas situaciones traumáticas y que sea tan fuerte como para superarlas todas.

Para liberar tensiones y alegrar el ambiente, pongo un CD que tenía en la guantera y pongo la primera canción: You can't hurry love, de Phil Collins. Mientras conduzco, doy golpecitos al volante con los dedos al ritmo de la canción y veo que a Marie se le ilumina la cara.

- ¡No puede ser...! -exclama.

- ¿Que pasa?

- Hacía años que no escuchaba esta canción, ¡y es de mis preferidas! Dios mío, cuando estábamos en casa, mi padre no paraba de poner los discos de Phil Collins... Y yo siempre le pedía que pusiera esta canción.

La veo mover los labios, cantando en silencio "No, I can't bear to live my life alone. I grow impatient for a love to call my own, but when I feel that, I can't go on... Now love, love don't come easy, but I keep on waiting, anticipating for that soft voice to talk to me at night. For some tender arms, hold me tight. I keep waiting".

- Me gusta la letra de esta canción, ¿sabes? "You can't hurry love"... "No puedes acelerar el amor" Esperamos a oir una suave voz que nos hable por la noche y unos tiernos brazos que nos abracen fuerte... Pero no podemos forzar a aquella persona a que sienta ese deseo de protegernos y abrazarnos... Vale, me explico fatal -rie- Pero no sé, siempre me ha parecido un mensaje precioso.

- ¿Crees en el amor? -pregunto con curiosidad.

- Mhh... No te sabría responder. Por una parte no creo en aquello de "siempre tienes una media naranja que te va a amar toda la vida, que te va a querer con locura" o "el amor es un sentimiento que te consume y con el que no se puede vivir si no se siente" y mierdas de esas, pero si entendemos la palabra "amor" como "preocupación por el bienestar de otra persona, paz, aprecio hacia alguien, intento de proteger a ese alguien de cualquier adversidad..." pues sí, creo en algo así... Aunque yo no usaría la palabra "amor"... Eso es demasiado comercial.

>> Aun así, hay muy pocas personas que lo sientan. En verdad creo que la mayoría de gente del mundo no es buena por naturaleza, sino al revés, aunque en muchas ocasiones no nos demos cuenta o se tarde demasiado en apreciar esa faceta suya, pero casi todas las personas tienen una parte mala que se apodera de su ser... Y yo me incluyo en este grupo... Sí, sobre todo yo. Esas personas no son capaces de amar aunque intenten hacer ver que así sea. Creo que esas personas solo son capaces de herir a la otra persona en algún momento...

>> Pero siempre hay excepciones: hay ciertas personas que por mucho que busques, no hay rasgos de maldad en ellas, aunque pretendan ocultarlo con fachadas de gente fría, dura o altiva. Esas personas creo que pueden llegar a sentir aquello a lo que la gente llama "amor", pero a mi manera de entender la palabra. Que pueden hacer lo que sea por otra persona y por su felicidad y que velan por ella como si fuese su misión.

Me parece increíble que a esta edad esta chica tenga ya las cosas tan claras y unos ideales tan construidos de su manera de ver el mundo.

Mientras explica esto, estamos entrando en los terrenos del Profesor, y al acabar su tesis, llegamos al aparcamiento.

Prefiero dejar la furgoneta algo alejada de la mansión porque no quiero arruinar el prestigio de su mansión colocando mi vieja furgoneta asquerosa en frente de su bonita fachada.

Marie se recoloca por nonagesimotercera vez sus guantes y se desabrocha el cinturón. Ambos abrimos las puertas a la vez y yo doy un salto hasta el suelo, pero veo que ella se queda mirando abajo dubitativa. Yo no espero a que me lo pida, porque sé que es demasiado orgullosa como para pedírmelo; por eso me coloco bajo la puerta de Marie y alzo los brazos para ayudarla a bajar.

Ella se sonroja y se tapa más aún con la chaqueta para cubrir toda su piel a excepción de su cara. Yo la agarro por la cintura y la levanto. Ella me sonríe y me mira con una dulzura que jamás había visto hacia mí.

- Creo que tú eres del segundo grupo -dice mientras aún la tengo cogida, agarrando firmemente su cintura con mis brazos y pegándola a mi cuerpo para que no caiga, y los suyos sujetándome los hombros.

- ¿Qué?

- De los hombre buenos... capaces de amar.

X-Men: Mi inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora