X-Men: Mi inmortal

Conociendo el lugar

Marie's POV
Sigo a Kitty por el edificio y atravesamos pasillos y más pasillos hasta llegar a la sala en la que estábamos antes con Logan.

- Aquí suelen esperar los padres de los niños que vienen a dejarlos en la escuela... Aunque la mayoría de ellos lleguen o por su cuenta, o abandonados en la puerta. Por eso casi siempre está vacía y la usamos como salón. Hay otras sala parecidas para los alumnos en los primeros pisos de la residencia.

>> Ahora mismo hay unos 150 alumnos viviendo y estudiando aquí, la mayoría son menores de edad, pero hay de mayores que prefieren seguir viviendo aquí y estudiando algo antes de independizarse porque tienen muchos problemas de integración con los humanos... Hay habitaciones individuales y dobles en la zona residencial, por la que se accede por un pasillo que ahora te enseñaré. Los alumnos actualmente solo llenan los dos primeros pisos de esa zona, que son los más sencillos. El Profesor pidió que se os asignaran las habitaciones de la cuarta planta, que son las más grandes y completas.

>> Los chicos reciben clases por las mañanas de asignaturas que se darían tanto en una escuela de humanos como otras de nuevas como historia de los mutantes, su genética y biología..., pero por las tardes pueden acudir voluntariamente a talleres para aprender a controlar mejor sus poderes de mutante.

Kitty me cuenta esto mientras seguimos atravesando pasillos y más pasillos.

- Ésta es el ala que usamos como escuela; donde están todas las clases, zonas para el recreo y comedor de alumnos.

Seguimos avanzando hasta dar a los apartamentos de los profesores, que están en el ala en frente de la zona residencial. Me enseña también los gimnasios, donde se hacen los talleres, los jardines, la entrada al bosque...
Al final de todo me enseña allí donde viviré temporalmente.

- Y ésta es la zona residencial. La escalera para subir al cuarto piso es individual puesto que es de una categoría superior. Ésta puerta de enfrente da al patio interior, y siguiendo este pasillo, hay otra que da al exterior, por lo que podrás entrar y salir fácilmente. Justo en frente del ala de los apartamentos de los profesores hay una sala comunitaria que puedes usar cuando quieras. Está justo tras esta puerta doble. Aquí es donde pasan mucho tiempo profesores, monitores o cualquier persona que no sea alumno. Ellos ya tienen su propio salón comunitario.

Al abrirla me quedo impresionada: hay una enorme salón, con un techo altísimo y decoración exquisita y rústica, llena de cuadros antiquísimos y madera de roble. En el centro hay una gran chimenea rodeada de sofás y sillones. Hay algunas personas charlando animadamente de espaldas a nosotras.

- Aquí siempre te encontrarás gente, así que ya sabes donde tienes que ir si estás aburrida -dice sonriente.

Tras esto, subimos las escaleras hasta llegar al cuarto piso y Kitty me enseña la cocina de personal, situada a la derecha de las escaleras.

Es una ancha cocina funcional dotada por una gran nevera doble, una mesa de roble en el centro, unos fogones, horno, una barra de bar con taburetes y un gran ventanal.

Al final, avanzamos por el pasillo a la izquierda de las escaleras y llegamos a la zona de las habitaciones. Es como un hotel, cada puerta tiene su número grabado en la madera.

Kitty me deja en frente de la 413 y se retira para que pueda instalarme. No puedo evitar mirar de reojo a la 412, la de Logan, y preguntarme si estará él allí.
Al abrir la puerta de mi habitación no puedo retener un "¿Qué coño...?". Es inmensa, mucho más de lo que jamás habría podido soñar. Al entrar hay un corto pasillo decorado por un cuadro de una preciosa playa y al otro lado de éste hay un habitáculo que mezcla cocina, dormitorio y salón, todo en una misma habitación, sin separaciones.

En frente del pasillo, pegado a la pared hay una chimenea antigua ardiendo. Me pongo en frente de ella y acerco la mano para sentir su calor.

Las paredes están pintadas de color beis y el suelo es de moqueta color blanco perla. En frente de la chimenea, a unos metros, está la cama apoyada por el cabezal en la pared, aunque antes que cama la llamaría nube, porque es tan grande que me puedo estirar en horizontal, estirar los brazos y las piernas, y a penas llego a los bordes. Su textura es tan agradable que me parece que estoy estirada sobre algodón. Hay mantas y más mantas, cojines y más cojines, todos conjuntados de colores azul cielo, lo que hace sentir aún más que estés flotando. Después de dormir tanto tiempo en la calle, cuesta creer que existan cosas así. En la mesita de roble antiguo hay algunos libros y una lámpara con forma de hoja.

A la derecha de la cama hay una puerta con un impresionante baño con una bañera que podría usarse de piscina y con botones para hidromasaje... No me creo que tenga un jacuzzi en la habitación. Todo tiene un aire antiguo, de oro, piedra y madera muy acogedor.

Saliendo de nuevo a la habitación principal, hay un sofá en forma de "L" a la izquierda de la cama con una mesita en medio, una lámpara de pie moderna y una butaca. Al lado hay una mesa de comedor con dos sillas también de madera a juego y tapizadas de azul cielo.

Detrás del sofá hay una pared en la que se ha colocado algo así como una pequeña cocina con nevera, microondas, pica y armarios que al abrirlos están llenos de comida y bebida, al igual que la nevera.

A la derecha de la cocina hay una puerta doble de cristal que da a un balcón con una hamaca, mesa y taburetes con vista a los jardines y campos interiores del edificio.

Me tiro encima de la cama, aún sin creerme que vaya a vivir aquí y se me humedecen los ojos al pensar que hace unos días estaba tirada en la calle.
Entonces reparo en las enormes bolsas que hay encima del sofá. Me acerco tímidamente, imaginándome qué pueden ser... Y lo son. Kilos y kilos de ropa nueva con la etiqueta puesta. No puedo contenerme y me quito mis sucias telas para probármelo todo, pero no quiero manchar nada, así que me doy antes una ducha. La ducha se convierte en baño, y el baño en sauna. Al final, acabo pasando una hora entre burbujas, agua ardiente y jabón perfumado, sintiéndome una princesa de cuento.