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La tierra hirviendo cual volcán activo, la carbón volar como arena, el humo aparecer igua que los aromas del almuerzo, la sola idea de verlo, la sola idea de tocarlo, la sola idea de olerlo.

Era simplemente un gran placer que había recorrer su cuerpo, sus ligamentos y músculos se inchaban de emoción, sus ojos brillaban con encanto.

La corteza del árbol era tosca e irregular, pero completamente quemada era algo interesante, quisiera tener un lienzo, para poder usar el carboncillo del que se plagaba sus dedos.

Nada como esto, nada más en su vida, actualmente, podía reflejar tanta felicidad en su rostro.

Era tan satisfactorio, que podía sentirse tranquila, pero, ahora, debía de entender una cosa.

Eso fue descuidado, su poder, lo que se suponía que debía hacer, no se cumplió, se hizo demas, lo cual, aunque fascinante, era imprudente.

Medir.

Medirse era una de sus prioridades ahora, un paso en falso, y podía hacer más de lo que ella, no quería, más de lo que ella sería capaz.

Sabía que estaba pensando en eso, pero de verdad no quería recordar esas malditas palabras, ella no era capaz, jamás dejaría que esas palabras se hicieran realidad, no quería, no debia.

Jeje, se ponía otra vez sentimental, algo normal, se suponía, pero ahora, ya daba igual, solo debía saber contenerse verdad?, solo eso era lo que debía importar ahora.

Si no lo hacía, bueno.

Su madre tendría razón, todos ellos tendrían razón.

Y eso era lo que menos quería, ahora, después de poder apreciarlo en su totalidad, cada esquina hirbiendo, cada árbol carbonizado, incluso comer varias aves asadas y carbonizadas, era normal en ella, comer cosas carbonizadas era algo común.

Y tampoco se podría quejar.

Sus pies se encendieron una vez más para poder elevarla como aquella persona de esa dimensión.

No recordaba si era de la dimencion de marvel, o la dimencion de dc, grandes mundos, pero muy complejos.

Su vuelo empezó, más allá de la estratosfera.

Como olvidar sus viajes por el espacio cideral, era únicos, pero un poco difíciles, después de todo, un paso en falso y podías perderte.

Hace no más de unos segundo cruzó la atmósfera, debía estar cerca, ese planeta no lo usaban más que los mejores peleadores del ring.

Solo tuvo que buscar un poco, para ver-

...

Durante la vida que tuvo, su madre le contó la dureza de este planeta, echo con un material especial que no se podía llegar a entender, un planeta echo para el entrenamiento de los peleadores.

Un lugar capaz de resistir miles de ataques que deberían ser capas de destruir galaxias.

Ahora de verdad los tiempos cambiaban, ver aquel duro planeta de roca violeta, quebrado, cortado, a la mitad.

En serio era un misterio, algo que no podía llegar a entender, alguien, o podría jurar todos los gobiernos de los 10 universos debieron haber echo una  unión corta para hacer el intento de destruirlo.

De otro modo no veía la posibilidad de que esto fuera posible, y aún con esa idea en mente, le era imposible la idea, pero eso ya daba igual.

Ahora mismo no podía jurarlo, pero las generaciones se hacían más fuertes, o incluso pudo ser un prodigio.

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