Maldición

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Desde niña, siempre tuve un hábito, el extraño hábito de destruir cosas, quemarlas y hacer que solo quede ceniza o restos uniformes.

Recuerdo ir al bosque, estaba cerca de nuestra casa, y era un lugar que solía visitar constantemente, era mi segundo hogar, cerca de ahí estaba la casa de mi abuela fallecida, según lo que recuerdo, murió a los 68 años, mi madre decía que simplemente no le intereso más vivir, había cumplido con todo lo que quería, y lo último que quería ver, era su nieta.

Y esa fui yo.

Aunque me gustaría verla, creo que no le gustaría saber que soy ahora.

Aquel bosque tenía cabañas abandonadas, y varios nidos de hormiga, mis padres procuraron siempre mantenerme lejos de estos insectos por temor de que me pícaran demaciado, pero en casos como esos, mi curiocidad era más.

Solía usar mecheros o algunas herramientas de mi papá para quemar los nidos, recuerdo varias picaduras en las piernas, pero nada que me doliera mucho y no sentía la gran cosa.

Recuerdo que el día que conocí mi poder, fui yo misma hasta haya, y me quede en una cabaña hasta muy tarde.

Estaba jugando con mi fuego, solo lo prendía y miraba como iluminaba mi alrededor, fue tan facinante ver mis pequeñas flamas crecer y hacer pequeños torrentes, pase un buen rato moldeandolo, no me salía nada realmente destacables, solo una bola mal echa por ejemplo, pero me sentía bien con eso, deseaba hacer figuras, talvez una estrella o... Talvez un corazón, un escudo, unas raíces, talvez una Z que aparece en los dibujos para representar que alguien duerme.

Había escuchado algunos toqueteos en el suelo, y mire curiosa, ilumine y vi un escarabajo.

Era de aquellos con dos grandes cuernos en forma vertical, me pareció curioso y me acerque un poco, no le llegue a tener mucho miedo a los insectos, más bien.

Me gustaba el olor que tenían al ser quemados.










Luz: donde estara? -miró la hora en su muñeca, viendo que ya era de noche y aún su Hija no regresaba a casa.

Call: debe estar en el bosque, debe estar muy feliz de tener sus poderes... Es normal, a mi edad cuando descubrí mis poderes quería usarlo con todo lo que tenía a mi alrededor, pero claro, mi madre no me dejó quemar nada.... Y ahora... Que me pongo a pensar.. . Y si provoca un incendio?!.

Luz:... Oh no -exclamó para tomar una bufanda y las llaves- ve a por tus cosas, vamos por esa niña!.

Ambos padres habían salido de la casa para buscarla.

Luz: debe estar quemando nidos de hormiga! Como no se me ocurrió que podría hacer eso ahora con ese poder? -se tomó del puente de la nariz, mientras pensaba en las cosas que debía estar haciendo, claro que la soltó hace un rato, pero no se puso a pensar en las posibilidades- será más difícil contenerla cuando tiene mecheras como manos.

Call: tranquila luz, ella debe estar experimentando poco a poco, recuerda que ella suele primero practicar con cosas pequeñas antes de hacer algo grande, no recuerdas cuando te cocino el desayuno el día de tu cumpleaños?.

Luz: lo sé, ella probó primero mirando las recetas y miro tutoriales, los riesgos y eso, pero esto es diferente, ella le gusta quemar cosas, esa carne estaba quemada cuando me la dio.

Call: oh... Pero no creo que llegue a quemar el bosque, es un lugar que le gusta mucho, cierto?

Luz: se que confías en tu hija cariño, pero ella cuando se trata de.... Quemar cosas.... Puede que llegue un día en el que su curiocidad le gane -miró al frente del auto con seriedad.









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