¿Porque?

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-¿todo bien?

-eso creo

Black: ¿segura?

White: supongo.

Ambos, en el gran abismo, sentados uno junto al otro, mirando aquella pequeña luz que emanaba una posible salida qué no se sabe cuando llegaría. Había pasado unas horas desde aquel conforte, la chica quedo en silencio durante un largo tiempo mientras el se mantenía cerca, sabía que ella no estaba bien.

Y en parte, su culpa fue, haberla echo recordar a lujo de detalle la historia de su vida, aquel lejano tiempo donde ella fue sepultada aquí a morir la llevo a ese estado emocional.

Black: yo..... Quisiera preguntar -pidió cortésmente mirando a su lado, la chica subió los hombros.

-¿qué sería? -ella por su parte, solo se sujetaba las piernas con sus brazos y miraba al frente con una mirada desinteresada.

Black: tu... Madre -ella arrugó la cara- .... Actualmente qué piensas de ella?

White:....han pasado tantos años.... He pensado en tantos tipos de opiniones atravez -se rasco un poco el costado de su cabeza mirando a otro lado.

Hojas rotas, una pizarra en el piso, marcas en su mejilla, eso y algunas cosas más aparecieron en su mente, el recuerdo vivido de aquella mirada llena de desinterés y desprecio.

White: la deteste por tanto tiempo...
Pero ahora no se.... Supongo que aunque no quiera aun la extraño... pero al mismo tiempo estar lejos de ella me alivia -apretó los dientes, temblando un poco, el de bandana roja posó una de sus manos en su hombro, ayudo a calmarla un poco y suspiro con desgano- pero luego no se si puedo culparla -su mirada dirigió para abajo, pensando, mientras que el de bandana roja quedo algo confundido- talvez no era facil para ella lidiar conmigo, mi adicción, mis poderes, mi prodigio y finalmente mi maldición, con tantas mierdas dentro de mi, no se cual es la que de verdad ocaciono todo, sería tan fácil decir que fue esa estúpida maldición, pero sin ella...

La sonrisa de su madre cuando era muy joven, ser cargada y apoyada por ella, y pese a que se enojara desde antes, ella parecía más comprensiva.

-me pregunto...

La imagen de su mamá ayudándole con sus proyectos, preocupandoce por ella y feliz de lo que ella era apareció en su imaginación, su mirada casi igual de estoica pero... No emanaba desprecio, solo Serenidad.

-¿hubiera sido alguien igual de buena antes de que mis dones nacieran? o.... ¿Se hubiera hartado de mi de todas formas? ¿Como puedo saberlo? ¿Su trato hubiera sido peor? Destruía todo lo que tenia, juguetes, objetos, utensilios, mi maldición provocaba qué la gente pierda interés en mi, acaso si tenía la atension de mi madre ¿me hubiera regañado de formas peores? -una mano se posó en su pelo y miró con cierto abismo de intriga y repulsión- ¿ella hubiera sido capaz de soportar tales cosas hasta el final? Habeces creo... -entrecerro los ojos empezando a humedecerse- qué la maldicion solo fue el detonante.

Aquella mirada de desprecio, aquellos ojos inmunes y apáticos de aquella mujer en su alma, tan fría como el hielo, nada parecido a la mirada llena de fuego qué tenía ella misma.

Cerro con fuerza sus ojos y agitó de un lado al otro su cabeza intentando borrar aquella imagen, traspirando agitadamente se negaba a marcar esa imagen mental más tiempo.

Una mano tomo la muñeca de su brazo qué sujetaba su pelo, abrio los ojos mirando a su contrario, el cual parecía algo angustiado.

-White.... Quiero contarte una pequeña historia -el chico desvío la mirada mientras pensaba mejor sus palabras- ¿porfavor?

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