CAPITULO 46.

512 52 9
                                    

Me siento tan débil que me cuesta hasta andar pero llego hasta la puerta. Antes de abrir la puerta pienso si realmente merece la pena. No estoy tan mal, ¿no? Tampoco quiero que Calum me vea de este modo, sufriendo mayoritariamente por él ya que mi padre ayer me aclaró una cosa. También tendría que hablar con mi madre. Oigo cómo mi madre toca mi puerta, "toc toc toc". Menos mal que está el pestillo puesto porque si no ya me habría arrastrado hasta fuera.

-Cariño... Venga sal...

"No voy a hablar con Calum..."

-Nada, lo siento Calum... Otra vez será. No, no sé lo que le pasa, pensaba que tú ibas a conseguir que entrara en razón pero veo que no. No, que va a ser culpa tuya, si tú no has hecho nada. Que estés lejos de ella no es tu culpa, anda, no digas tonterías y no te sientas responsable. Qué dices, no hace falta que vengas, tú sigue con lo tuyo.

"Calum... No es culpa tuya, sólo es culpa mía por haberme acostumbrado a guardarme durante tanto tiempo las cosas. Por no saber cómo me siento y por no dejarme ayudar, no te sientas culpable... Es culpa mía por haberte dejado escapar cuando pude estar contigo, no es culpa tuya no... Soy yo la responsable de todo, todo lo que toco se destruye." -otra vez, un pensamiento que quiero que suene fuerte.

-Bueno adiós Calum, y gracias por llamar.

Demasiada luz. Mis ojos tardan en acostumbrarse, pero mientras se acostumbran los entrecierro un poco. Veo la silueta de mi madre, y lo primero que hago es ir a abrazarla. A lo que ella parece bastante sorprendida ya que tarda en reaccionar, tarda en envolverme también entre sus brazos.

-Lo siento mamá.

-Está bien.

-Soy muy débil.

-No, eres una persona fuerte, mírate, estás aquí, yo ya me temía lo peor.

-Necesito ayuda.

-Tranquila cariño, yo estoy aquí, todos estamos aquí para ti.

-No es cierto mamá, todos quieren huir de mí -digo antes de romper a llorar.

-Shhh, calla. Dejémoslo para más tarde, ahora debes de estar hambrienta.

Se separa, me mira, me sonríe y yo asiento.

Y sí que estaba hambrienta, tanto que mi madre se ha ido al supermercado a comprar más comida. Suspiro y miro fijamente a yo que sé qué, ando con la mirada perdida sin pensar en nada, simplemente contemplando la nada. Suena algo, algo que hace que vuelva. ¿Es un móvil? Lo oigo pero no sé de dónde viene el sonido hasta que algo en la cuenta de que tengo el móvil arriba en mi habitación. Subo, lentamente porque aunque haya comido todo lo que me ha dado hasta el momento sigo débil, física y mentalmente. Llego hasta a mi habitación cansada, y eso que no hay muchas escaleras. Se podría decir que casi estaba jadeando. Me extraña que el móvil siga sonando porque me parece que he tardado en llegar hasta aquí. Será alguien ansioso por hablarme. Llego a la mesilla, lo cojo y el nombre que veo en pantalla es 'Calum'.

Por primera y única vez no quiero hablar con él sólo porque no me apetece, no porque esté enfadada con él ni porque me parece un desconsiderado. No me apetece hablar con él por mí, por nosotros, porque sé que si le descuelgo volveremos a hablar de lo mismo, de la nueva chica que ha conocido, Alison (intento pensar sin notar que he pensado su nombre con algo de odio), me dirá que nada cambiará cuando ambos sabemos que todo ha cambiado, me mencionará lo increíble que es Alison (ejeeemmm), yo le diré que sí mientras las pocas posibilidades que me imaginaba de tener algo con Calum se van destruyendo poco a poco.

Así que decido volver a dejarlo en la mesilla. Decido volver a bajar a la cocina, me vuelvo a sentar y mi madre no tarda mucho en llegar con 3 bolsas por lo menos, llenos de comida. Desde manzanas hasta pizza.

-Mamá... -digo con la intención de empezar una conversación complicada y tal vez algo incómodo ya que no solemos hablar mucho.

-Dime.

-Papá... Emmm... ¿Lo sabe?

-No, mañana hablaré con él.

-Entonces, ¿por qué me lo has contado si todavía no has hablado con él?

-Porque no quería que lo supieras por él, no quería que te dijera que había sido decisión mía y que me odiaras o que todo hubiese sido mucho peor de lo que ha sido.

-Mamá, ¿estás segura?

Me mira, me mira como si esa pregunta la hubiese incomodado y como si prefiriera no contestar.

-No... No lo estoy.

-¿Y por qué lo vas a hacer entonces?

-Porque ya no me fío de él. Ya no me quiere, ¿te acuerdas de cuando estuvimos hablando de Calum y te mencioné que Calum te mira de una manera la cual tu padre ya no lo hace? Quiero volver a sentir eso, estamos casados y te tenemos a ti, que es lo mejor que nos podía haber pasado, pero esto es lo que temía que perdiéramos cosas durante el camino, sé que ya no somos tan jóvenes como antes, como tú, que ahora tenemos responsabilidades como padres y adultos, pero tengo derecho a vivir y a sentirme viva.

-Puede que esté cansado.

-Cariño, no intentes excusarle. Alguien no se tiene que sentir forzado a querer, le tiene que salir sin querer, y a tu padre no le sale sin querer ni queriendo.

-Si eso es lo que piensas mamá, yo lo voy a respetar, no te voy a obligar a quererle. Pero quiero que estés segura de lo que vas a hacer, de que no vayas a destruir nuestra familia por tonterías o por inseguridades que lo hagas porque verdaderamente piensas eso.

-Quiero que pienses que no es tu culpa.

-Sabes que es inevitable que piense eso por unos momentos.

-Lo sé, pero quiero que sepas que no lo es y eres lo mejor que nos ha pasado. Estamos orgullosos de ti, de lo mucho que has crecido y en lo que te has convertido, que por muchos bajones y depresiones que te den siempre has conseguido salir sin ayuda de nadie.

-Y al intentarlo sola no me ha funcionado.

-¿Qué quieres decir cariño?

-Quiero irme de aquí y ver a Calum cuanto antes.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora