EPÍLOGO.

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Cuando volví de Estados Unidos tenía un paquete encima de mi escritorio, al parecer Miah y Eithan están disfrutando su tiempo en Japón al máximo, quieren que vaya a visitarles algún día. Me  enviaron fotos, y ver las fotos hizo que pensara en Calum, en si seríamos capaces de superar la distancia. Le echaba de menos y le había visto hace menos de 24 horas.

Ha sido duro y difícil seguir manteniendo la relación habiendo tanta distancia. En más de una ocasión quise ponerle fin, ponerle fin a la relación pero no pude, Calum es mi droga, da igual lo mucho que huya, de alguna manera volveré a engancharme a él.

Vino después de terminar la gira con Hot Chelle Rae pero solo se quedó 3 días ya que tenía que volver al estudio para grabar. Esos 3 días fueron necesarios para saciar todo lo que habíamos estado esperando. Nos pasamos esos 3 días en la cama, recorriendo cada centímetro de nuestro cuerpo, explorando lo ya explorado, besando lo ya besado.

Y ahora, después de 5 meses sin verle, estoy lista para graduarme y pasar mi último verano antes de ser una universitaria.

Me pongo la toga mientras tengo a Calum en Facetime.

-Ojalá pudiera ir.

-Ojalá pudieras venir.

-Te echo mucho de menos.

-Y yo Calum.

-¿Cuándo vienes?

-En una semana.

-Todavía tengo que esperar más -se queja.

-Mejor 1 semana que 5 meses.

-No sabes lo mucho que te necesito.

-Tú lo que quieres es sexo -digo cogiendo el móvil.

-Eso también. No sé cómo podemos aguantar tanto tiempo sin...

-¿Tocarnos?

-Sí.

-Míralo por el lado bueno, no todas las relaciones pueden romper las estadísticas y mantener una relación a distancia.

-¡Cariño, date prisa o llegarás tarde! -le oigo gritar a mi madre desde el piso de abajo.

-Bueno Calum, me tengo que ir.

-¿Tan pronto? -se queja.

-Después te llamo.

-Vale, suerte en el discurso.

-Gracias.

-Adiós.

-Espera Calum.

-¿Qué?

-Te quiero.

-Y yo.

Me lanza un beso y cuelga.

Bajo las escaleras y algo muy brillante me ciega.

-¡Mamá, quita el flash!

-Lo siento, pero es que estás tan guapa...

-Anda vámonos y deja de hacerme fotos.

-Lo siento, es que no me puedo creer que te gradúes. ¿Llevas ya todo?

-Sí, creo que sí -digo abriendo la cartera para asegurarme de que llevo las tarjetas con el discurso.

Nos montamos en el coche y mientras nos acercamos al instituto se me hace un nudo en la garganta y me pongo nerviosa.

-Tranquila, todo saldrá bien -me dice mi madre cogiéndome de las manos.

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