CAPITULO 26.

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Los días transcurren normal, dentro de lo que cabe 'normal'. Estudiando y haciendo deberes, en eso se resume mis últimas semanas. Marzo se acerca, Calum sigue sin llamarme, yo sigo llorando por las noches; esto no forma parte de lo normal. Creo que ya ha pasado más o menos un mes desde la última vez que me llamó; y lo entiendo, entiendo que no me llame, si ya ha pasado un mes significa que esta muchísimo peor de lo que pensaba. No sé, qué queréis que os diga, bien no lo estoy pasando, claramente, pero con el tiempo el dolor se va reduciendo, cada vez lloro menos, cada día llego a clase con los ojos menos hinchados, pero cada día echo más de menos a Calum, cada día le necesito más, cada día tengo más ganas de escucharle...

Es domingo, deberes y estudio junto a la pereza; lo normal en los domingos. Tan pronto como termino, mi madre llama a la puerta con una carta para mí, ¿sabéis? ¿Una carta? ¿Quién envía cartas hoy en día? Por favor... La cojo y la miro bastante impactada. Me había olvidado completamente de esto. Bf, ¿lo abro? Tengo miedo... Decido esperar, porque como en un episodio de Pulseras Rojas Lleó dice, es mejor esperar cinco minutos, porque tras pasar esos cinco minutos ya no te importará lo que contenga el sobre. Lo dejo encima de la mesa, me pongo cómoda y empiezo a leer el primer libro que cojo de la estantería. Alzo la cabeza, ya está el cielo oscuro, no han pasado sólo cinco minutos, ¿verdad? Em no, no creo, ya me he leído la mitad del libro, está oscuro, huelo la cena... No han sido cinco minutos...

Me levanto, dejo el libro en la estantería, cojo el sobre, las pulsaciones por minuto han subido, aunque hayan pasado más de cinco minutos, realmente sí que me importa lo que contenga el sobre, porque en él está el saber si este verano voy a poder ver a Calum o no. Sí, es la carta de la beca para ir a Estados Unidos. ¿Habéis oído alguna vez eso de sobre grande te admiten, sobre pequeño no te admiten? ¡Pues este es mediano! ¡¿Mediano?! Respiro hondo, abro poco a poco la carta:

Estimado/a estudiante:

Hace unas semanas usted solicitó una beca para ir al extranjero a estudiar, investigamos su expediente, y según lo decidido *respiro*, usted ha sido admitida para disfrutar de una experiencia como estudiante en Boston junto a nosotros.

Un saludo, y le esperamos.

Vale, no sé cómo reaccionar, realmente esto era algo que tenía olvidado, ni si quiera pensaba en que me llegaran a admitir o en superar la prueba, ya que durante la prueba sólo pensé en Calum. Igual eso fue lo que me dió fuerzas... Sigo con la carta en las manos, asimilando todo poco a poco, paso a paso. Un grito, grito y bajo corriendo a la cocina donde mi madre está haciendo la cena.

-¡Mamá, lo he conseguido (por fin veré a Calum)!

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