CAPITULO 10.

938 85 2
                                    

Todos se han ido. Y yo sigo aquí. Con el olor de Calum en toda la ropa. Noto cómo me inunda su olor, cómo parece que está aquí, pero no está. Estoy bajo la luz de una farola. En el mismo sitio donde me ha dejado Calum. No me he movido. Cada minuto que pasa todo me duele más, la vida me pesa más, los sentimientos pesan más. Hasta que me desplomo en el suelo mismo. Vuelvo a llorar. Calum tenía razon, soy una llorica. Siento tal impotencia de no poder moverme, de querer morirme allí mismo, de sentir como poco a poco el vacío se hace más grande...
Oigo a alguien acercarse, mi madre. Aparece por detrás mío con su pijama y una chaqueta por encima.

-Ya es hora de entrar a casa cariño.

-Déjame morir aquí. Déjame quedarme aquí hasta que vuelva.

-Cariño mírame. ¿Tú crees que Calum querría verte así? ¿Crees que a él le ha gustado irse? ¿Has pensado que a él también le ha costado dejarte aquí pero que aun asi se ha ido porque sabe que tu tambien lo querïas? ¿Tú crees que te ha dejado sola para que te marchites poco a poco? No, él se ha ido porque tú tambien querías que se fuera. Y a su vez te ha dejado aquí porque sabe que volverá a verte, sabe que no se va para siempre, quiere que aprendas a ser fuerte. Y cuando entiendas todo esto cariño, te estamos esperando en casa.

No la contesto. Se va. Mi madre tiene razón. Calum no querría esto. Me quedo en el suelo un rato más, contemplando el infinito. Pronto me levanto, me sacudo los pantalones y me dirijo a casa.

Me encuentro tan vacía, ya no tengo a mi queridisísimo Calum conmigo.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora