CAPITULO 20.

745 68 2
                                    

Sábado. Cinco días. Cinco días desde la última vez que escuché a Calum. He intentado llamarle pero no me coje. Tampoco quiero agobiarle, le llamé el martes y el miércoles, no me cogió y lo dejé estar. Esperaré. Esperaré hasta que él decida llamarme. Cuando me planteé hablar de este tema con él no pensé que iba a ser tan duro, no me imaginé que dejaríamos de hablar tanto tiempo, nunca antes habíamos pasado tantos días sin hablar y sin vernos a la vez. Bueno, al menos de lo bueno de esta semana saco que Eithan me ha perdonado aun pidiéndole/obligándole a sentarse en el suelo su primer día. Ahora se sienta en el sitio de Calum, y cuando me giro ya no siento a Calum. Le echo de menos. Echo de menos que me sonría, echo de menos nuestras noches de desfase. Ahora cuando me giro no veo nada. Solo un simple compañero más, Eithan. Ya no logro imaginarme que Calum sigue presente. Sí, que se haya ido a Estados Unidos ha cambiado mi vida, algo que no quería, yo simplemente quería seguir siendo lo que eramos, llamarnos; putos sentimientos de mierda, que asco de amor y de distancia que lo único que hacen es fastidiar.

Necesito despejarme, no pensar más en Calum, menos mal que hoy he quedado para estudiar. No, no es con Miah. Sí, es con Eithan. Y no, no va a pasar nada, a no ser... Vale no.

Llaman al timbre, supongo que es Eithan porque hemos quedado a las seis y solo quedan tres miutos para las seis. Abro, y efectivamente es Eithan. Me he limpiado la cara para que no supiera que llorado.

-Ah, Eithan. Pasa.

-Gracias. Bonita casa.

-Gracias. ¿Prefieres estudiar aquí o subirnos a la habitación?

-Aquí mismo, me da igual.

-Bien.

Así transcurren dos horas, estudiando matemáticas. No me ha venido a la mente Calum durante esas dos horas, ahora obviamente sí, acabo de pensar en Calum. Y ahora.

-¿Hemos terminado?

-Sí.

-¿Ya lo entiendes todo?

-Sí.

-Eithan, no es de mi incumbencia, pero, ¿por qué ahora? Es decir, ¿por qué a mitad de curso?

-Sufrí bullying en mi otro colegio. Por lo que soy. Me pegaban, se reían.

Un tema delicado, ains... Ahora me siento mal por haberle preguntado. Solo me sale decir 'lo siento'.

-No lo sientas, me ha venido bien, para hacerme más fuerte, más autoestima, aprender a que los comentarios ajenos no me importen.
Ahora te pregunto yo, no es de mi incumbencia, como tú dices, pero ¿por qué has llorado?

-Em.. No he llorado...

-Claro que sí, cuando he entrado a tu casa, tenías los ojos hinchados, un poco pero los tenías hinchados. Hay cosas que por mucho que quieras ocultar no se pueden disimular.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora