CAPITULO 5.

1.2K 101 3
                                    

Me paso la noche pensando en lo que me ha dicho. ¿Me quiere? Y yo a él, ¿le quiero? Es mi mejor amigo, ¿pero querría algo mas con él? Cuando pensé que me iba a besar, quería que lo hiciera, se me aceleró el corazón. ¿Eso es el amor? ¿Es que se te aceleren los latidos? ¿Que se te corte la respiración cada vez que se me acerca? ¿Que me alegre la vida cada vez que le veo? Nunca antes había sentido algo así o algo parecido. 

Nunca antes me había planteado enamorarme de Calum. Siempre le había visto como un mejor amigo. Como alguien imprescindible en mi vida.

Cierro los ojos. Intento dormir; y así es, consigo dormirme un par de horas. Pero hacia las tres de la mañana me despierto. No sé si me despierto por el dilema que tengo con Calum, porque sé que hoy se va y temo que se vaya sin despedirse de mí.

Me levanto de la cama. Me dirijo a la ventana. Corro un poco las cortinas y me asomo para ver si Calum tiene la luz encendida. Y no, no la tiene encendida; pero aun así, me quedo allí, mirando su ventana con la esperanza de que sepa que estoy al otro lado esperándole.

Pasa el tiempo, y aun sigo allí. No me he movido en toda la noche. Desesperanzada en que se despierte pienso en la posibilidad de colarme en su habitación. Cojo una percha y empujo la ventana para asegurarme de que está abierta. Y así es. Está abierta así que la empujo un poco más. Dejo la percha y me dispongo a pasar desde mi ventana a la suya pero no me atrevo. No es que fuera la primera vez que yo lo hacía, pero sí que había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que lo salté. Recordaba una distancia mas corta, pero no voy a ser una cagada, respiro hondo y salto. Buf, pues no era tan difícil. Entro en su oscura habitación. Faltan varias cosas en la pared y en las mesas, supongo que los habrá recogido para llevárselo. Calum está dormido en su cama, ronca levemente, pero casi no se oye. Me dirijo hacia donde está Calum lo más silenciosa y cuidadosamente; pero algo me hace pararme. Encima de su maleta hay una foto. Salimos él y yo de pequeños. Recuerdo ese día...

Yo era nueva en la ciudad, tendría unos 6 años. Ese día fui a explorar los alrededores de la ciudad con mi bici rosa. A la hora de volver a casa, la rueda delantera de mi bici dio contra una piedra, no era muy grande pero me caí. Me hice una herida en la rodilla y las manos las tenia raspadas porque las apoye al caerme. Intente levantarme pero no pude. Y todavía me quedaban dos casas para llegar a la mía. Y paso Calum con su bici. Me miro, pero no se paro. Pensé en pedirle ayuda pero no me atreví. Así que pensé que iba a quedarme alli tirada para siempre y eché a llorar. Me sequé las lágrimas con las manos y cuando me fui a quitarlas de los ojos vi a un chico sonriente que me estaba poniendo una tirita en la rodilla.

-He ido a mi casa a por mi mamá. Pero como no estaba he cogido tiritas para curarte. ¿Sabes que de mayor voy a ser médico?

No le dije nada. Le mire curiosa.

-Ah, me llamo Calum. ¿Y tu como te llamas?

Tampoco conteste.

-Bueno, ¿puedes levantarte?

Negué con la cabeza.

-Bueno tranquila, yo te llevo. Que soy muy fuerte.

Me cogió y me puso en su espalda.

-Mi bici -le dije.

-Tranquila, después de que te deje en mi casa vuelvo a por él.

Y así fue, me dejó en su casa. Y se fue a por mi bici corriendo. Volvió enseguida. Dejó mi bici en la puerta de su casa y me invito a entrar. Me ofreció un batido de chocolate y me lo bebí súper agusto. Calum se fue a por algo y volvió con una caja.

-¿Quieres saber lo que hay dentro?

Asentí.

-Es una cámara antigua. Quiero que te saques una foto conmigo.

Asentí cual tonta.

-Pero no se como funciona.

En ese momento entró su madre. Preguntó que había pasado, quien era yo y que me había pasado. Calum se lo contó todo.

-Mamá, ¿nos puedes sacar una foto con la cámara por favor?

-¿Para qué cariño?

-Porque va a ser mi amiga para siempre.

Y nos la sacó. Fue una situación muy ridícula pero eramos dos críos.

En la foto salimos sonriendo, aunque yo llevo doce tiritas por lo menos. A partir de ese momento hasta ahora no nos hemos separado. Lo vuelvo a dejar en su sitio. Miro por ultima vez a Calum y decido irme.

-Qué, ¿no me saludas ni nada? Encima que entras dame un beso de buenas noches.

-Hola. -es Calum, estaba despierto.

-¿Qué haces aquí tan tarde? -se levanta.

-Temía que te hubieras ido sin despedirte.

-Si te he dicho que me voy a las siete de la tarde. ¿Por qué mentirte?

-No se, tenia la sensación de que me fueras a dejar sin decirme nada.

-Anda no seas tonta y ven.

Me acerco a él. Me siento a su lado. Me abraza y nos tumbamos en su cama.

-¿Quieres que me quede?

-No, mejor vete. No soy quien para impedirte lo que mas quieres en el mundo.

-¿Quién ha dicho que lo que mas quiera en el mundo sea la música? ¿Y si lo que mas quiero en el mundo es estar a tu lado para siempre?

Eso me sorprende. Estoy bastante confusa. No se que decir. Le miro. Me mira.

-Prefiero que te vayas, aunque pienses que debes quedarte aquí. Prefiero que te vayas, aunque te vaya a salir mal todo y no tengáis éxito, saber que al menos lo has intentado, que has vivido una nueva experiencia...

Me abraza. Me abraza fuerte. Como si temiera que me fuera. ¿Sabéis esos abrazos en los que inconscientemente se te cierran los ojos? Pues yo los cerré inconscientemente.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora