CAPITULO 69.

367 51 21
                                    

Lunes 1 de junio. Quedan 0 días.

Me voy como en un cuarto de hora, he revisado el equipaje como unas 80 veces de lo nerviosa que estoy. Bajo el equipaje y lo voy dejando en la entrada mientras mi madre me mira con una sonrisa y con los brazos cruzados.

-¿Llevas el pasaporte?

-Ah sí, es verdad -digo y subo corriendo a mi habitación. ¿Dónde he dejado el pasaporte? Miro a todos los lados y allí está, con el collar de Calum encima, menos mal que mi madre me ha recordado cogerlo. Vuelvo a bajar.

-Bueno mamá, creo que ya es hora...

Sigue con los brazos cruzados.

-Ten cuidado, llámame cuando llegues, llámame todos los días, si te pasa algo házmelo saber...

-Mamá, mamá, tranquila.

-¿Seguro que estarás bien?

-Mamá, voy a estar con Calum.

-Entonces ya estoy más tranquila.

-¿Y papá?

-Puede que no venga.

-Pero me voy en -miro al reloj- 3 minutos.

-Igual viene en el último momento, quién sabe.

-Mamá, ¿tú estarás bien?

-Sí, tranquila cariño -y me sonríe, una sonrisa algo forzada.

-Creo que debería ir saliendo, no quiero hacer esperar al coche.

-Bien, yo te ayudo.

Abro la puerta y con la otra llevo una de mis maletas. Y justo al abrir la puerta...

-Joy, ¿qué haces aquí?

-No pensarías que te ibas a ir sin despedirte.

-Siento mucho no haber esta muy presente estos días.

-No pasa nada cariño -me dice muy sonriente y apartándose a un lado para dejarme pasar.

-¿Os ayudo?

-No, no hace falta, sólo son dos maletas.

-Entonces, tienes sitio para este pastel.

-¿Pastel? No creo que aduanas me deje llevar pastel.

-Bueno, tú escóndelo en el fondo de tu mochila y como supongo que vas a ver a Calum, dáselo.

-Joy...

-Por favor, lo necesita.

-Tranquila, se lo daré personalmente.

-Muchas gracias -digo con una sonrisa, oigo un coche frenarse. Mi coche, hora de irse.

Abrazo a Joy, luego miro a mi madre, tiene los ojos llorosos y me contagia ese sentimiento, pero no quiero llorar. La abrazo, fuerte.

Mientras el conductor carga mis maletas miro a Joy junto a mi madre por última vez, me despido de ellas con la mano, es irónico porque hace unos meses Calum estaba haciendo lo mismo, estoy repitiendo sus acciones, y mentiría si dijera que no estaba esperando un beso mientras me subía al coche, aunque esta vez me lo esperaba al aterrizar.

Yo entrando al restaurante donde hemos quedado, que nos quedemos mirándonos y que me bese. Sería tan perfecto...

"Ya estoy en el coche yendo al aeropuerto." -escribo temblando a Luke y Michael.

Me contesta Michael.

"Te esperamos."

Sonrío, no dejo de sonreír, aún no me lo creo, estoy a tan sólo unas horas de ellos, de Calum.

"¿Calum se ha tragado que tiene una reunión con la discográfica?"

"Lo siento, pero no va a ir. Ayer pasó algo."

Espera espera, ¡¿qué?! ¿Que Calum no va a venir?

"¿Qué es eso de que Calum no viene?"

"Lo siento, lo he intentado, pero entre que no me contesta al móvil y que esta noche no ha venido a dormir no sé qué hacer."

"Bueno Michael, tranquilo, no pasa nada, buscaremos otra manera."

"Siempre puedes desnudarte y tumbarte en su cama." -sonrío.

"Sí, me parece buena idea, bueno, cuando llegue a Nueva York os envío otro mensaje."

Y dejo el móvil. Aún sigo temblando, porque aún no me creo que esté camino a Estados Unidos. Echo la cabeza atrás y miro hacia la ventana.

Voy corriendo por el aeropuerto, que no llego, que no llego. Suena la musiquilla tan odiosa que ponen siempre antes de anunciar algo. "...con destino Nueva York... despegará enseguida..." Mierda, mi vuelo, corre más deprisa me digo a mí misma. Ya veo mi puerta, y menos mal, todavía hay bastante gente en la fila. Sigo corriendo, pero corro tan deprisa y el suelo resbala tanto que no puedo frenar, me choco contra alguien y su bebida cae encima mío, lo sé porque justo esa bebida estaba caliente.

-¡Quema, quema, quema! -digo gritando y en el suelo.

-Lo siento, deja que te ayude -oigo decir a alguien mientras una mano aparece.

-Gracias -digo mientras acepto su mano- pero la culpa ha sido mía.

-No, mírate, te has manchado con mi café -me dice mientras tira de mí y me encuentro con unos ojos claros pero no sé exactamente de qué color son, diría que lo que más se asemeja es el verde.

-En serio, no pasa nada -digo evitando contacto visual y agachándome a por mi maleta.

-Al menos permíteme que te deje mi sitio en la fila.

-Pero si vas último -digo riéndome.

-Bueno, no es la mejor solución -dice riéndose. Su risa es bastante peculiar y contagiosa, y hace que siga riéndome, pero cuando ambos paramos, pienso en que realmente no hacía tanta gracia y eso provoca que sonría.

-¿Tú también vas a Nueva York? -me pregunta rompiendo ese pequeño silencio tan extraño mientras la fila avanza.

-Sí, pero mi destino final es Los Ángeles.

-¿En serio? Pues me da que vamos a ser compañeros de viaje.

-¿Tú también te vas a Los Ángeles?

-Sí. Y si me permites y no soy muy directo, ¿qué vas a hacer allí? No te veo mucho como una chica de Los Ángeles.

-No sé si ofenderme o tomármelo como un halago, pero voy a estudiar.

-De allí que no te vea mucho de LA.

-LA, ¿así lo llamáis las personas que sois de Los Ángeles? -digo algo burlona, no sé qué me pasa, por qué estoy tan abierta, supongo que es la emoción.

-Los Ángeles, ¿así lo llamáis la gente de aquí? -me dice imitando mi voz.

-Eh, no te burles de mí.

-En realidad soy de Australia.

-Un bonito lugar.

-Deberías visitarlo.

-Ojalá, pero no conozco nada de allí.

-Ahora sí, me llamo Ashton.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora