CAPITULO 109.

294 37 1
                                    

Hoy me despierto sin Calum, sin sus besos por mi cuello, sin lo mismo de ayer.

Apago el despertador, lo programo para dentro de 30 minutos y me vuelvo a dormir. Hoy haré como Kora, me despertaré justo 15 minutos antes.

No he escuchado el despertado y al final ha sido Kora quien me ha despertado. Después de todo lo que pasó ayer estoy algo decaída.

Llegamos a clase y no miro a nadie ni saludo a nadie a pesar de que se acercan a mí. Me siento algo nerviosa ya que vuelve a estar el profesor de ayer y por si acaso me he asegurado de que tengo los botones atados 3 veces.

Cuando entra el profesor levanto la cabeza por primera vez en toda la mañana y me fijo en que más de una persona está como vine yo ayer.

Botones desabrochados.

Chicos y chicas.

Miro a Kora confusa y ella me mira igual.

Miramos a la vez al profesor que su cara es indescriptible pero parece que se va a tirar de los pelos, de los pocos que tiene y que va a ponerse a gritar en cualquier momento. Mira a todos lados pero de repente clava su mirada en mí.

-Tú -dice mientras me señala-, tú tienes la culpa de todo, tú empezaste esto.

Empieza a acercarse a mí sin dejar de señalarme y acusarme de algo que hice sin quererlo.

-Levántate -dice tan cerca que me llega su saliva. Repugnante.

Obedezco y me levanto.

-¡Vamos! -dice mientras empieza a andar.

-¿A dónde? -pregunto sin moverme.

-A ver a la directora, a ver qué le parece esto -me mira como si hubiera asesinado a alguien y fuera culpable de ello.

-Si ella va yo también -interrumpe Kora y se levanta.

-Y yo -se levanta otro.

-Y yo -se levanta otra.

Y otros pocos siguen.

-Mejor, cuantos más rebeldes expulsados mejor.

-¿Expulsados? -pregunto yo confusa ya que está exagerando una tontería.

-Así es, y vamos ya, no tengo todo el día.

-No vengáis -digo a todos aquellos que se han levantado a defenderme-. No merece la pena.

Y empiezo a andar unos pasos detrás del profesor.

Cuando llegamos al despacho de la directora, me manda esperar fuera y entra.

Oigo gritos, gritos en los que me está acusando de querer revolucionar la institución, de querer cambiar un siglo de historia.

Exageración.

Cuando los gritos cesan, que son después de un rato, la puerta se abre y me manda entrar.

Entro en el despacho de la directora por segunda vez desde que estoy aquí, algo que no debe de ser muy conveniente y me pongo de pie entre las 2 sillas que están en frente suyo.

-Esta es tu segunda vez aquí.

-Exacto.

-Sabes que eso no es buena señal.

Asiento.

-Me has decepcionado, esperaba mucho de ti. Tu expediente está impoluto y cada página que leía sentía un escalofrío por todos los logros que has obtenido. Impresionante.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora