CAPITULO 4.

1.2K 99 1
                                    

El día se va acercando, se va mañana. Mañana... Durante el día de hoy en clase todo el mundo les ha hecho cartas, pancartas y fotos con mensajes. Yo realmente no le he hecho nada especial a Calum, por el simple hecho de que no me quiero despedir de él, no quiero que se vaya. Es tan difícil ver a alguien tan importante para ti irse... Dejarle, y tú no hacer nada. Le quiero. Le quiero a mi lado, es mi mejor amigo. Le necesito.
Me tumbo y vuelvo a llorar. Sé que no debo, debería estar feliz por Calum, pero no lo puedo evitar. Cierro los ojos pero al momento un ruido hace que me levante. El ruido me hace mirar hacia la ventana. Es Calum intentando entrar a la habitación. No es la primera vez que lo hace, después de tanto tiempo que llevamos siendo amigos, estoy acostumbrada. Entra patosamente. Y sonríe para disimular que se iba a caer. Yo en cambio, bajo la mirada. No quiero que me vea en lágrimas. Se acerca a mi se sienta a mi lado y se tumba. Yo también me tumbo y estamos cara a cara. A continuación me susurra:
-Eres tan tonta. ¿Por qué lloras ahora? Si lloras porque me voy te pienso matar a cosquillas.
No contesto, no sé qué hacer. Las lágrimas siguen cayendo de manera continua. Sigo allí, tumbada. De repente Calum alza la mano y me seca las lágrimas con su dedo pulgar. Siento cada roce del dedo de Calum, e inconscientemente cierro los ojos. Cuando aparta su mano de mi cara los abro, me quedo mirándole. Cada vez veo su cara más cerca de la mía, noto su olor, cada vez más, le oigo respirar cada vez más cerca. Hasta un punto en el cual mi nariz toca la suya. Nuestros labios están a dos centímetros de distancia. Nuestros alientos chocan. Cierro los ojos.

Ay, eso me ha dolido. Me lo ha parecido ¿o me acaba de dar un golpe en la frente? Me río de lo tonta que soy. Calum también se está riendo. Soy tan ilusa.

Salimos de casa, porque vamos a dar un paseo por la ciudad. Es la última noche que pasa Calum aquí. Subimos por el puente y me siento allí, Calum se pone enfrente mío. Nos miramos, hablamos, reímos.

-Te voy a echar de menos Cal.

-No me voy para siempre.

-Pero te vas.

No contesta. Aunque abre la boca para decirme algo, no me dice nada.

-Dime lo que me ibas a decir.

-No se de que me hablas.

-Cal, te conozco, no me vaciles anda. Me ibas a decir algo. Se te ve en la cara que me quieres decir algo.

-Qué tonta eres, ¿cómo se puede ver eso en una cara? Cuantísimo voy a echar de menos tus tonterías.

-No me cambies de tema, dime lo que me ibas a decir.

-Te quiero.

-¿Te quiero?

-Si, te iba a decir que te quiero. Pero no de esta manera. De la manera en que te quiero como el mar necesita olas, como una planta necesita agua, como el mundo necesita la luz del día, como la Tierra a la Luna, te quiero de otra manera, te quiero.

-Cal... -ahora ¿qué le digo? ¿Qué hago? ¿Siento lo mismo que él? Es todo tan repentino- losiento Cal...

-Dejémoslo mejor. Cambiemos de tema.

-Sí, mejor.

-Bueno, ¿qué pretendes hacer sin mi en el instituto? ¿Te vas a desmadrar?

-Qué dices, que yo soy muy aplicada. Si me tengo que desmadrar me desmadro contigo.

-De haberlo sabido antes me quedo aquí unos días mas para ver qué lías.

-No por favor, mejor vete.

Palabras dolorosas. Las he dicho sin pensar. No había pensado que pudiera ir con otro sentido. Bajo la cabeza, le voy a pedir disculpas pero se ríe.

-Adiós.

-¿A dónde vas?

-Me voy.

-No por favor no me dejes aquí sola Cal. ¡Cal!

Se está riendo. A carcajadas, pero vuelve.

-Qué harías tú sin mi.

Y es cierto, que voy a hacer sin él cuando se vaya.

wherever you areDonde viven las historias. Descúbrelo ahora