CAPITULO 9

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10 de Agosto, 2025.

Deimos

Al despertar voy directo al armario sacando unos pantalones de mezclilla negros y una camisa blanca de manga larga.

Salgo de la habitación bajando las escaleras encontrándome a mi hermano.

-¿A dónde tan guapo hermanito?- ruedo los ojos ante su sonrisa burlona.

-Ire a ver a Halley, ya no puedo aguantar más tiempo lejos de ella- asiente pensativo regalandome una sonrisa sincera.

-Mucha suerte Deimos, espero y no te cierre la puerta en la cara- gruño logrando que se ría.

-Idiota, ya te veré cuando encuentres a tu pareja- ahora es su turno de gruñir y sonrió de lado cuando lo veo alejarse.

Al llegar a la planta baja encuentro a mis padres en la cocina.

-¿Vas a comer con nosotros?- niego acercándome a saludarlos.

-No, iré a casa de Halley- los veo asentir con una sonrisa.

Camino hacia la casa de ella saludando a la gente y recibiendo reverencias de su parte.

Un suspiro tembloroso sale de mi al estar frente a su puerta logrando que Kale se mueva en mi interior.

-Vamos, toca la puerta, quiero verla ya- asiento nervioso tocando la puerta.

-Tienes que tranquilizarte, déjame hablar con ella primero- gruñe pero no menciona nada.

El sonido se la puerta siendo abiertas logra ponerme más nervioso, Noah me mira con los ojos abiertos haciéndose a un lado dejándome pasar a la casa.

Empezamos a caminar hacia la cocina saludando a mis suegros y esperando que aparezca.

Después de un rato platicando, Kale se remueve en mi interior al sentir el aroma de rosas frescas.

-Ya viene, ella está aquí, no seas idiota con ella y dile todo lo que quiera saber- ruedo los ojos al escucharlo.

-Con quien crees que estás hablando, sabes que la quiero, le diré la verdad- gruñe quedándose callado al escucharla hablar.

-¿Quien..quien eres?- escucho su voz temblorosa y siento mis manos sudar de nervios.

-Te olvidaste de mi tan pronto bonita- volteo a verla y sus ojos azules conectan con los míos dejándome ver sus ojos húmedos.

La miro con precaución, su cabello negro sigue igual de corto, sus ojos azules se ven más hermosos que la última vez que la ví, estás preciosa, aún no puedo creer que hayan pasado cuatro años lejos de ella.

-¿Que haces aquí?, se supone que vuelves en una semana- asiento empezando a caminar hacia ella con cautela sin apartar mi mirada de ella.

-Lo se, pero no podía aguantar un minuto más lejos de ti- mis manos tocan su mejilla sintiendo una electricidad recorrer mi cuerpo y un ronroneo sale de Kale al sentir a su compañera.

-Estoy..estoy muy contenta de tenerte aquí y aún más el saber que eres mi compañero, no sabes cuánto le pedí a la diosa de que fueras tú, no quería a nadie más a mi lado- su voz se escucha entre cortada logrando que pequeña lágrimas salgan de sus ojos.

-Bonita no llores, por favor, me mata el verte así, no sabes cuánto te extrañe, desde que me fui no hize más que pensar en ti, cada día, cada noche durante este tiempo, solo estuviste tu en mi mente- la acercó a mi dejando un beso en su frente.

-¿Cuando volviste?, ¿Ayer que veniste supiste que era yo tu compañera?, ¿Porque no te acercaste?- sus ojos me observan interrogantes y tragó saliva nervioso.

Una Omega Para Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora