CAPITULO 33

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11 de Septiembre, 2025.

Halley

La cabaña se siente tan sola sin la compañía de Gabriel, ayer en la tarde Samael se lo llevo y hasta ahora no he tenido noticias de ninguno de los dos, después de que se fuera subí a mi habitación en busca de unas gasas para mi cabeza, el moretón en muy notorio y el dolor se ha hecho algo soportable, el cojeo en mi pierna me impide moverme con rapidez, pero espero poder buscar una salida de aquí pronto.

La sala sigue llena de sangre haciéndome sentir nauseas en cada momento, mis lagrimas resbalan por mis mejillas y no se si es por miedo o alegría, solo espero que Deimos haya podido hablar con Gabriel y venga por nosotros.

Al medio día la puerta de la casa es abierta dejándome ver a Samael que entra con el ceño fruncido y sin dejar de verme.

—Veo que cumpliste tu palabra dulzura, aunque no se si haya valido la pena— gruño hacia su dirección haciéndolo reír con burla.

—No me interesa lo que tengas que decir, el va a estar bien— murmuro haciendo que se suelte a reír.

—No tengas tanta confianza, verás no podía entrar completamente a la manada, así que lo deje tirado en el primer lugar que se me ocurrió, a estas horas Gabriel ya ha de estar muerto— menciona y niego levantándome del sillón.

—Eres un maldito, ¿Cómo se te ocurre dejarlo a su suerte?, el trato era que lo ibas a salvar— gruño acercándome a el.

—No te confundas dulzura, lo salve de no matarlo frente a tus hijos, pero no soy una persona que hace caridad por los demás, y su vida ya no era mi responsabilidad— gruñe sin dejar de sonreír.

Volteo comenzando a caminar hacia la cocina lejos de el. Busco en el refrigerador algo para preparar y es que en mi condición no puedo dejar de proveerle alimento a mi cachorro.

Las horas pasan y yo prefiero mantenerme dentro de este lugar antes que compartir espacio con alguien como el.

La puerta es abierta de golpe haciendo que Samael corra hacia su dirección viendo al otro hombre agitado.

—¿Qué demonios te sucede y porque vienes tan agitado? — pregunta el pelirrojo haciendo que me acerque lentamente a la puerta de la cocina.

—Tienes que irte de aquí si quieres mantenerte vivo, algo sucedió en el hospital y Deimos salió hecho una furia, el y su familia se subieron a una camioneta sin decirle a ningún guardia a donde iban—

—¿Acaso no investigaste que paso en el hospital? — Samael pregunta y frunzo el ceño al escucho hablar con tanta tranquilidad.

—No se nos fue permitido entrar al lugar, y ningún medico tiene permitido dar informes sobre el paciente a personas que no sean su familia—

—No pienso irme de aquí, lo más probable es que Gabriel haya muerto ya, Deimos sabe que él era la única oportunidad de llegar a Halley— lo escucho decir y me niego ante la idea de que Gabriel haya muerto.

Ambos hombres empiezan a discutir y Rhea se comienza a mover de un lado a otro haciéndome fruncir el ceño.

—¿Qué sucede, estas bien, el cachorro esta bien? — pregunto preocupada al sentir tanto movimiento.

—Estamos bien Halley, pero al fin podremos irnos de aquí, siento la presencia de nuestro compañero no muy lejos de nosotros— sonrió al escucharla y suspiro sintiéndome mas tranquila.

—Solo necesitas estar tranquila, recuerda que yo no puedo salir sin dejar al descubierto a nuestro cachorro, y Deimos te tiene que ver bien para que pueda estar concentrado— asiento ante sus palabras y vuelve a desaparecer dejándome mas contenta.

El grito en la sala me salir de la cocina encontrándome a Samael caminando de un lado a otro.

—Eres un maldito necio, que esperas para irte ya la tienes a ella, ¿Que mas quieres? —

—Quiero verlo sufrir, quiero que vea como la aparto de su lado y tomo lo que siempre debió ser mio— lo escucho decir y niego hablando por primera vez.

—No soy un maldito objeto para decir que soy tuya, entiéndelo, Samael, yo estoy con Deimos porque lo amo— murmuro y gruñe mirándome con enojo.

—Solo estas confundida, el llego para arruinar todo, si tan solo se hubiera quedado mas tiempo lejos, tu estuvieras conmigo y nada de esto estaría pasando— niego dejando que las lagrimas caigan sobre mis mejillas

—Lo que sea que quieras hacerlo, hazlo ya—

—Nos iremos con mi hermana, puede que al principio se moleste conmigo, pero tendrá que ayudarme, soy su único hermano y mellizo— lo escucho decir y el otro hombre asiente dándole la razón.

—Yo volveré a la manada, necesito saber que esta sucediendo para poder movernos con rapidez— antes de poder decir algo la puerta es abierta dejando a ambos hombres sorprendidos.

En la puerta se encuentra Deimos luciendo molesto y con sus ojos amarillos, a su lado esta Rigel junto a mi padre y mi suegro.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? — el gruñido de Deimos pone a todos alerta.

—Yo...yo bueno, encontré la ubicación de Halley y quise venir a verificar que fuera el lugar correcto— sonrió irónica al verlo perder su confianza frente a mi Alpha.

—Dame una sola buena razón para creerte Jazziel y no matarte— el mencionado lo mira y voltea a verme haciendo que ruede los ojos.

—Noah me dijo lo que estaba pasando, solo quise ayudarlos— menciona y gruño cuando menciona a mi hermano.

—Eres un jodido mentiroso, Noah ni siquiera te soporta, menos va a mandarte mensaje y ponerte al tanto de la situacion— escucho decir a Rigel sin dejar de verlo y mencionado se suelta a reír y frunzo el ceño hacia su dirección.

—Cierto, que el pobre Noah me odia, pero tu sabes porque Rigel, aunque viendo la cara de confusión de tu padre y de Dominic o debería decir de tu suegro, creo que deberíamos ponerlos en contexto, ¿Tu que dices? — la sonrisa burlona de Jazziel es lo que necesita Rigel para acercarse a el dándole un golpe en la jilla mandándolo al suelo.

—No te metas en temas que no te importan— gruñe sin dejar de velo.

—Por supuesto que me importa, te recuerdo que fui parte de eso por tu culpa, que crees que piense tu familia al saber que mantuviste en secreto a tu pareja, que sentías asco y vergüenza que hayas tenido a un hombre como compañero— mi padre mira a Rigel y niega sin creer lo que esta escuchando.

—Jamás dije eso, nunca he sentido asco de Noah—

—Palabras más, palabras menos, pero no niegas que sientes vergüenza de el— el gruñido de Rigel se escucha por toda la casa antes de aventarse a Jazziel comenzando a golpearlo

Samael no ha dejado de ver a Deimos y comienzo a caminar hacia donde esta mi chico, pero mi pierna duele con cada movimiento que hago.

—No creo que sea buena idea que sigas caminando dulzura, solo harás que me moleste y no quieres verme enojado— su tranquilidad me mantiene alerta haciendo que me detenga y lo voltee a ver

—Se acabo Samael, ya no tienes salida— murmuro sin dejar de verlo, sus ojos me miran y sonríe antes de comenzar a caminar hacia mi.

—Te advertí que si intentabas escapar mataría a Deimos y no sabes cuanto lo voy a disfrutar—

El aullido de varios lobos se escucha alrededor del bosque y volteo a ver a Deimos esperando que sean guardias.

—No eres el único que tiene gente cuidándolo, nunca debiste volver y ahora será tu culpa que muera tanta gente— mis ojos buscan con a Deimos y es clara la desesperación que muestro al escuchar aun más cercas los aullidos.

La mano de Samael me toma por el cuello volviendo a aventarme hacia el suelo, mi cabeza pega con la pared y empiezo a sentir mis ojos pesados. El grito de Deimos es lo único que logro escuchar antes cerrar mis ojos y caer inconsciente. 

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El lobito al rescate.

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Una Omega Para Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora