CAPITULO 50

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22 de mayo, 2026.

Deimos

Hace quince días que Rigel, Noah y Gabriel partieron a la manada vecina y principalmente le deje este encargo a mi hermano ya que la invitación es de una boda del Alfa Kyler y su omega Ender, espero y esto ayude a Rigel para enfrentar sus pensamientos y emociones y se de la oportunidad de amar y ser amado, es lo único que puedo hacer por él.

Antes de que se fueran fuimos con Kian para saber la fecha estimada que nacerán mis hijos, a lo que el respondió que entre el 20 y 25 de mayo los tendríamos con nosotros, ya que la idea era que se quedaran un mes, pero los tres querían estar presentes para el nacimiento de los gemelos asi que hoy estarían llegando.

Desde la ventana del despacho observo a Halley sentada en el pasto con un libro en la mano y la otra en su vientre, me quedo observando otro par de minutos hasta que vuelvo la vista hacia los documentos que tengo en el escritorio y gruño queriendo que el trabajo desaparezca por el día de hoy.

Me mantengo en constante alerta ya que en cualquier momento puede empezar a tener contracciones y quiero estar ahí con ella, pero parece que al ser jefe de la manada se me hace complicado estar pegado a mi mujer todo el tiempo.

Por las siguientes dos horas me mantengo ocupado leyendo y firmando documentos, hasta que el celular suena y lo alzo dejándome ver el nombre de Gabriel en la pantalla.

"Hasta que por fin atiendes el teléfono, empiezo a creer que esto fue una mala idea, aunque el irnos en dos camionetas fue lo mejor poque el ambiente está demasiado tenso"

Frunzo el ceño al escucharlo y suspiro esperando que mi hermano no lo haya arruinado más de lo que ya lo ha hecho.

"Lo siento, pero ando terminando todo el papeleo y ando cuidando de Halley, me da miedo dejarla sola, pero ¿Por qué lo dices?, ¿Qué sucedió haya?"

"Sera mejor que lo veas por ti mismo, estamos cruzando la frontera, solo no menciones nada de lo que llegues a ver"

Antes de poder decir algo, Gabriel termina la llamada dejándome con más dudas sobre que carajos ocurrió, se que no fue nada con el Alfa y su pareja o de lo contrario me habría llegado una carta donde quieran declararnos la guerra.

Volteo hacia la ventana y al no ver a mi mujer me levanto con rapidez saliendo de la oficina en busca de Halley, al pasar por la sala siento mi corazón tranquilizarse al verla acostada con el libro aun en sus manos.

Al notar mi presencia me mira con esos ojos azules que amo y me acerco lentamente quedando frente a ella.

—Por poco haces que me de un infarto bonita— me mira sonriendo inocentemente haciendo que me acerque a dejarle un beso en sus labios.

—Lo siento lobito, pero tus hijos se están haciendo cada vez más pesados y quería venirme a recostarme— asiento y suspiro acariciando su vientre sintiendo movimiento debajo de mi palma.

—Estaré en el despacho, por favor no dudes en hablarme si necesitas algo, por lo más mínimo que sea— la veo asentir retomando su lectura.

Salgo de la sala y me acerco hacia la puerta principal al ver un par de camionetas estacionarse y suspiro abriendo la puerta a la vez que del vehículo baja un Noah furioso cubierto con una sudadera, adentrándose con rapidez a la casa.

Gabriel y Rigel bajan después uno con una mirada preocupada y el otro indiferente y con un toque de diversión, ambos entran y comenzamos a caminar hacia el despacho.

Una vez adentro ambos se dejan caer en la silla quedando frente a mi.

—¿Me pueden explicar que carajos paso con ustedes en esa fiesta? — pregunto haciendo que Rigel bufe hacia mí.

Una Omega Para Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora