CAPITULO 10

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10 de Agosto, 2025.

Halley 

Sonrió al sentirlo detrás de mi, provocando que su aroma ponga a ronronear a Rhea con cada paso que doy.

Halley, ese aroma es delicioso– asiento con una sonrisa en mi rostro.

–Lo se Rhea, lo sé pero trata de estar tranquila– ronronea ignorandome y ruedo los ojos.

–Hubiera estado mejor quedarnos en casa con el, imagínate los dos, acostados, viendo películas o simplemente dándonos besos– gruño tratando de evitar todas las imágenes de mi mente.

–Loba pervertida, aleja esas imágenes de mi mente–

–A ti también te gustaría estar así con el, no lo niegues–

La risa de Deimos me saca de mis pensamientos regalandole una mirada curiosa.

–Vale, lo siento, pero es divertido verte hacer caras raras– un sonrojo cubre mis mejillas apartando mi vista de el.

–Te vez muy preciosa así sonrojada, ¿Esas caras que hacías tienen que ver con Rhea?– menciona tomando mis mejillas con sus manos.

–Es una loba muy molesta– mencionó con una sonrisa divertida.

–Halley, no seas mentirosa, soy un encanto, Kale te lo puede decir, humana pesada–

Bueno no podría darte la razón pero por lo que me dijo Kale es todo un encantó– asiento con una sonrisa boba en mi cara.

–Lo dice porque está loquito por ella, así como tú lo estás por mi– asiente acercándose a mi dejando un beso en mi frente.

–Que modestia pequeña Halley, vamos a comer algo primero, ¿Te parece perfecto?– asiento sonriendo empezando a caminar hacia mi lugar favorito.

Después de un rato andando llegamos aún pequeño restaurante, cercas del centro de la manada.

Al entrar busco con la mirada a los señores Blake, y sonrió cuando veo a Samael en la entrada de la cocina.

Alzó la mano tratando de llamar si atención y una sonrisa aparece en sus labios al verme, comenzando a cercarse hacia nosotros.

–¿Quien es ese hombre?– volteo mirando a Deimos quien se encuentra con el ceño fruncido mirando al chico pelirrojo.

–Es uno de los hijo de los dueños del lugar, pensé que tal vez lo conocías, lleva tu edad – rueda los ojos luciendo molesto.

–No me agrada ese sujeto– ruedo los ojos y volteo al escuchar mi nombre.

–Hermosa, que gusto volver a tenerte aquí, me habías dejado solito– sonrió acercándome a el dejando un beso en su mejilla.

–Lo siento, he estado ocupada estos días, pero ahora no vengo sola– su mirada se dirige a mi compañero y sus ojos se abren de sorpresa al repararlo de arriba a bajo.

–Deimos Lycaon, el futuro alpha de la manada–

–Samael Blake, pensé no volver a verte nunca– el tono mordaz que suelte me hace apartar la mirada luciendo avergonzada.

–Lastima que eso no sea así, teniendo en cuenta que vivo en la misma manada– una sonrisa burlona aparece en los labios Samael provocando que salga un gruñido de Deimos.

–Deimos, puedes tranquilizarte por un segundo– gruño molesta mirándolo fijamente.

–Estoy tranquilo preciosa, ¿Que te apetece comer?– sonríe empezando a caminar hacia dentro del lugar.

Una Omega Para Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora