CAPITULO 30

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7 de Septiembre, 2025.

Deimos

Llevo 48 horas encerrado en este lugar tratando de encontrar alguna pista de donde puede estar mi mujer, dos días llevo sin poder dormir y la ansiedad crece en mi con cada minuto que pasa.

Mis padres se encuentran en la sala con mis suegros, Scarlett no ha dejado de llorar y eso tiene a Logan preocupado por ella y su bebé, los guardias siguen buscando en todo el bosque Noah, Rigel y Jazziel se encuentran liderando la búsqueda, Gabriel desapareció junto a Halley y solo espero que el cumpla su palabra de proteger a mi mujer.

La puerta es abierta dejándome ver a mi padre junto, a mi suegro y mi cuñado.

—No puedes estar encerrado mas tiempo aquí, debes salir, debes comer algo, a Halley no le gustaría verte de esa forma—la voz de mi padre me hace mirarlo y gruñir.

—No entiendes que sin ella me siento perdido, no sé si ella esta bien, si ya comió o tiene frio, ¿Dime padre que quieres que haga?, si tan solo no me hubiera ido ese día, si hubiera estado con ella no estaría desaparecida— grito soltando lagrimas que caen por mis mejillas.

—No es algo que puedas evitar hijo, las cosas pasan por algo así sean buenas o malas, yo igual extraño a mi hija, pero ahorita no necesitamos que te culpes por algo que no estaba en tus manos, solo necesitamos que estas bien y pienses con la cabeza fría, ella te necesita Deimos—

—Tienes que salir a buscarla afuera y no solo en unos malditos papeles, que te alimentes para que cuando la encuentres puedas traerla sana y salva sin parecer un maldito muerto andante, quiero a mi hijo no a esta persona— sus gritos me hacen mirarlo fijamente y suspiro sabiendo que tiene razón.

—Vamos hermano debes ser fuerte, piensa positivo, mi hermana es fuerte y se que estará bien, pero no puedes seguir aquí encerrado, necesitas alimentarte bien, encontraremos al responsable de esto— asiento hacia Logan levantándome de la silla.

Al salir del despacho camino hacia la cocina, al entrar veo a mi madre y mi suegra con los ojos llorosos, ambas me sonríen y aparto la vista al verlas tan deprimidas.

—Ven a comer hijo, necesitas alimentarte bien— miro a mi madre y asiento lentamente dejándome caer en una de las sillas.

El olor de la comida me hace gruñir haciendo que Kale se remueva en mi interior.

—Hombre necesitamos alimentarnos, esto huele delicioso— murmura asiéndome sonreír levemente.

—Lo sé, pero cada minuto que pasa sin saber de ella parece una eternidad—

—Ella volverá con nosotros, estoy seguro, pero ahora debemos mantenernos bien, no podremos salvarla si algo malo nos pasa por no comer— gruñe y asiento dándole la razón.

Empiezo a comer rodeado de ambas mujeres que me miran sin decir nada, después de un rato Scarlett entra luciendo cansada y con los ojos hinchados.

—Crei que nunca saldrías de la oficina, tienes que cuidarte Deimos— le escucho decir y la miro con la ceja alzada.

—Lo mismo te dijo hermanita, trata de estar tranquila, el estrés le hace daño a tu bebé— la veo asentir lentamente antes de dejarse caer frente a mí.

Al terminar de comer salgo de la oficina encontrándome a Noah y Rigel en la sala.

—¿Tienen noticias sobre el paradero de mi mujer?— pregunto llegando a ellos.

—Se fueron en una de las camionetas negras, solo hay dos de ellas, la otra sigue desaparecida, preguntamos y nadie sabe quién estaba al volante— escucho decir a Noah y Rigel me mira con preocupación

—Los únicos que tienen permitido manejar esas camionetas son los guardias, alguien de nuestra seguridad se los llevo, todo este tiempo el traidor estuvo bajo nuestras propias narices—Rigel gruñe molesto y kale en mi interior se mantiene de la misma forma.

—Estoy seguro que Samael está detrás de todo esto, solo hay que encontrar quien le esta ayudando. Necesito que esta información solo quede entre los tres, nadie mas puede saber que hay un traidor entre nosotros, ¿Quedo claro?—murmuro y ambos asienten.

—¿Qué no te hace creer que Gabriel pueda ser el traidor?— la pregunta de Rigel me hace mirarlo, haciendo que Noah gruña hacia él.

—Gabriel es incapaz de hacer una cosa así, el daría la vida por uno de nosotros—Noah murmura molesto e indignado haciendo que mi hermano lo mire furioso.

—¿Cómo estas tan seguro?, un par de semanas no basta para conocerlo bien—gruñe y Noah lo mira con una sonrisa tan digna de los Lowell.

—Llevo conociéndolo más de 5 años, así que si Rigel, estoy muy seguro que él no traicionaría esta manada— menciona saliendo de la casa dejando a mi hermano un tanto sorprendido.

—Entonces podemos descartar a Gabriel de la investigación— murmuro haciendo que Rigel me mire molesto.

—Escuchaste lo que dijo, estuvo hablando con él, mientras estábamos juntos, puedes creerlo, Gabriel solo espero a que estuviera solo para estar con el— gruñe caminando de un lado para el otro.

—Técnicamente nunca estuvieron juntos, tu mismo lo diste dar a entender y lamento decirte esto, pero tu se lo diste a Gabriel, ellos solo hablaban como amigos tu hiciste que el viera una oportunidad con Noah— menciono haciéndolo gruñir aun más molesto.

—Jodete, el no puede estar con nadie más que no sea yo—

—Eso deberías decírselo a él no a mí, así que suerte hermanito— murmuro saliendo de la casa comenzando a caminar hacia el único lugar donde puede encontrar alguna pista sobre el paradero de Halley.

 Al llegar al restaurante entro buscando rastros de cierto pelirrojo sin suerte alguna, camino hacia la barra encontrándome a la madre de Samael que me sonríe al verme.

—Deimos Lycaon, mira cuanto has crecido, ¿Cómo estas, tiene mucho que no te veíamos? — la escucho preguntar y sonrió dejándome caer en una de las sillas.

—Un placer verte Aila, he estado muy bien, apenas volví y me he mantenido ocupado en otras cosas— murmuro y sonríe antes de llamar a su esposo.

—Me da gusto hijo, pero dinos, ¿Cuál es la razón de tu visita? — pregunta y suspiro antes de responder.

—Estoy en busca de su hijo, creo que puede ser capaz de ayudarme en algo— murmuro y la veo sonreír emocionada.

—Sabía que en algún momento tu y mi hijo serian capaces de llevarse bien, pero en estos momentos el no se encuentra fue a visitar a su hermana al pueblo vecino, aunque si es muy urgente puedo pedirle que venga, el camino de entre los bosques es mas corto, aparte que hay un lugar donde puede pasar a descansar y es mejor que darle la vuelta a la manada y lo tendrías aquí mañana mismo— la escucho decir y niego sin dejar de sonreír.

—No, no se preocupe, no quiero molestarlo, encontraremos otra forma de solucionar esto, muchas gracias Aila— murmuro y asiente antes de volver a la cocina.

Salgo del restaurante y Kale aúlla molesto y triste por no haber tenido alguna información buena.

—Déjame salir, a lo mejor y consigo encontrar rastros de su olor o con surte puedo hablar con Rhea— escucho a kale y asiento hacia dejándolo salir.

Una vez transformado empiezo a correr buscando algún rastro de mi mujer, durante un rato me quedo así en busca de ella, pero es inútil su aroma no se encuentra por ningún lado y Rhea no logra contestar cada que Kale intenta hablar con ella.

Cercas de medianoche me dirijo a mi casa, los guardias al ver a Kale abren los ojos dejándome pasar, mi familia se encuentra ya dormida y suspiro comenzando a caminar hacia mi cuarto, subo a la cama aun en mi forma de lobo y escondo la nariz entre las almohadas de Halley aullando sin poder tenerla a mi lado. 

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Alguna teoría de quién es el traído?

Una Omega Para Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora