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Te gusta el agua - le pregunto sobre sus labios, ella asintió, estaba abrazada a él por qué no sabía nadar.
Está un poco fría - sus labios temblaban levemente pero de igual manera lo beso, sus labios estaban fríos y fue un corto beso.
Creo qué en tu lista debes agregar aprender a nadar - ella rió levemente, había hecho una lista de cosas que quería hacer antes de su operación, en la que corría el riesgo de morir. Robert le suplico que no la hiciera pero ella le dijo que si todo salía bien tendrían una vida totalmente plena con hijos y una gran casa.
¿Sabes que puse? - le preguntó y el negó.
¿Que? - preguntó el ahora.
Que quiero casarme contigo, ser millonaria y que mi única preocupación sea ir al club con mis amigas y recoger a nuestros hijos de la escuela. Ese es mi sueño - Robert rió ante eso - ser la única que tenga trajera negra entre todas mis amigas.
Puedes serlo, si todo sale bien lo primero que te daré será esa tarjeta - le dijo en un susurró cerrando los ojos y pegando su frente con la de ella - todo va a salir bien.
Te lo prometo mi amor - le dijo antes de besar sus labios.
¿Que es lo que sigue en la lista? - ella sonrió emocionado.
Nadar con cocodrilos - Robert abrió los ojos en grande.
Al parecer todo en tu lista incluye nadar, un poco ilógico ya que no sabes nadar - ella golpeó suevemente su hombro.
Respeta mis sueños - el asintió viéndola a esos azules ojos que tanto amaba, solo bromeaba, el se encargaría de cumplir cada una de las cosas que estaban anotadas en su lista.
Debes dejar de preocuparte - le dijo con una sonrisa un tanto demacrada, ya que llevaba varios días sin probar alimento, por qué se estaba preparando para la operación.
Estás a tiempo de arrepentirte mi amor, hay que dejar esto por la paz e ir a casa - pidió, casi suplico, con la voz temblorosa.
No me pidas eso Robert, sabes cuánto quiero tener hijos contigo amor - una lágrima resbaló por su mejilla.
Podemos adoptar, un bebé, recién nacido no me importa solo te quiero aquí - ahora estaba llorando con su cabeza sobre el abdomen de la jóven.
Quiero que tengan nuestra verdadera sangre - el asintió derrotado sabía que no ganaría esa batalla.
Te amo, eres el amor de mi vida Daisy - le dijo viéndola a los ojos.
Tu eres el amor de mi vida Thomas - sonrió levemente y se levantó de la camilla para besarlo.
Llevaba horas nervioso, con la cabeza entre sus manos y su mamá diciéndole que se calmará, no podía dejar de pensar en ella y en como el destino conspiró en su contra, hasta que el doctor los llamo y se levantó.
Todo salió bien señor Pattison, ella está bien pero está un poco débil tenemos que esperar a que esté estable para que pueda verla - le informó y el aire llegó a el otra vez al escuchar que estaba bien.
¡NOO! TODO ESTO ES SU CULPA, HOSPITAL DE MIERDA, PAGUE MILES DE PESOS Y NO PUDIERON HACER NADA - gritó desconsolado, en la madrugada, cuando el estaba a medio dormir llegaron a decirle que Daisy sufrió un paro cardíaco y falleció - mi Daisy mí amor, no me dejes por favor - le suplico besando su frente. - por favor, por favor, no puedo vivir sin ti mi amor, no puedo, no me dejes.
No había nada que hacer, había muerto hacía media hora y el seguía pidiéndole que se quedará y diciéndose a sí mismo que era solo un mal sueño que pronto se levantaría, sin embargo nunca se levantó y era la realidad.
