The Dauphin

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Tienes miedo? - le preguntó en un susurró que se extendió por toda la habitación

Si tenía, y era capaz de admitirlo pero no hacía falta por qué el lo sabía

De que tiene miedo princesa? - le preguntó con una sonrisa arrogante por qué el lo sabía, sabía de sobra que era lo que a ella la tenía así pero sin embargo estaba ahí en la cama sentado a su justo mientras a ella la tenía frente a el.

Sabes lo que va a pasar si alguien nos llega a descubrir Luis - hablo por primera vez con la voz entre cortada, su boca estaba seca y sentía en su vientre una preocupación enorme.

Nadie lo hará. Por qué vas a ser silenciosa verdad? - le pregunto viéndola a los ojos - o acaso tú amor por mi desapareció amor?

N-no - el sonrió ante eso - pero si mi prometido se llega a enterar no tendrás vida ni yo tampoco.

Quien le va a decir? - preguntó parándose de la cama con un suspiro y poniéndose delante de ella, tomo su mentón suavemente y dejo un beso sobre sus labios para después sonreír a medias, cada vez que sonreía era forzadamente por ella por qué Angelina era tan suave y delicada como ingenua y con tan solo decirle que la quería el podría tenerla como fuese.

Sabes que puedo casarme contigo Delfín, tan solo tienes que pedirmelo y pedir mi mano - le dijo ella - nos podemos escapar incluso si lo quieres - susurró e intento besarlo otra vez pero el se alejo al escuchar las últimas palabras.

Escaparnos? Y perder toda la vida privilegiada? - preguntó con ironía - acaso sabes lavar? Cocinar? Trabajar?

No pero puedo aprender - sonrió - juntos podemos aprender y vivir en una casa lo más alejado de Francia que podamos - la risa de Luis fue lo segundo que escucho y su sonrisa se aflojó.

No. No voy a renunciar a la vida que tengo por una mujer mucho menos por ti, dentro de poco asendere al reino y no lo voy a perder solo por querer vivir como un pobre - la tomó de los hombros y la hizo levantar la cara para verlo a los ojos, los de el no mostraban emoción alguna mientras los de ella se veían tristes y no demoraron en cristalizarse - no llores, los dos sabemos que lo que pides es imposible Angeline, nunca, escucha bien - ella sintió - nunca por ningún motivo vuelvas a imaginar una vida así conmigo por qué no te la puedo dar.

No puedes o no quieres? - sabía que eso estaba siendo humillante y de no ser por qué ella amaba lo hubiese dejado desde el primer momento en que empezó a decir esas cosas que a ella tanto le dolían.

No quiero - la primera lágrima resbaló y solamente le sonrió poniendo su mechón de cabello detrás de su oreja.

Beso su hombro desnudo y ella dejo escapar un sollozó para después separarse y empezar a tomar su ropa para ponérsela.

El no dijo nada y eso le dolió más por qué mientras se vestía por su mente paso la idea de que el iba a decir que estaba bromeando pero no fue así tan solo se quedó ahí e incluso le abrió la puerta para que se fuera.

















Ese día jamás lo olvidaría, fue el más humillante de su vida y también doloroso, lloro cada noche hasta que se quedó sin lágrimas, incluso le empezaron a apodar la princesa triste por qué siempre estaba llorando, no tenía la misma actitud de siempre y en su castillo cada vez era más evidente la ausencia de alegría que ella era la única que traía.

Te vez hermosa - escuchó a su amiga Katherine a y asintió con una sonrisa.

Es muy considerada conmigo princesa - la muchacha le sonrió.

Ahora serás reina no es eso increíble - no lo era cuando dentro de ella llevaba ese dolor tan grande que no podía arreglar con nada y hablar con nadie y cada vez la consumía más.

Si, es el día más feliz de mi vida. Hal es todo lo que soñe - dijo aguantando las lágrimas.











Eres la princesa triste, por qué? - le pregunto abrazándola mientras estaban en las carpas que los peones habían hecho, la guerra contra Francia había empezado, nunca imagino que su esposo le declararía la guerra y sin en bargo estaba ahí apoyando y olvidando que su amiga Katherine era princesa de Francia y estaba traicionando a la familia que tanto la había recibido.

Voy a ser la Reina triste si mueres Enrique así que más te vale vivir - le dijo tomándolo de las mejillas, dándole una mirada triste, lo quería, el la amaba y la valoraba pero guardar tanto tiempo tantos sentimientos para ella era una costumbre y eso la hacía colapsar en algunas ocasiones.








Tiene miedo joven Enrique? - Tenía frente a ella al dueño de tanto dolor y seguía siendo igual o más desalmado.

Quiero evitar muertes que no son necesarias - contesto.

¡Tu has venido aquí! ¡Has venido Ami! Y YO ACEPTARE TU RENDICIÓN ARRODILLATE ANTE MI - ordenó subiendo el tono de su voz - quiero decir - volteó a verla - ¡Arrodillense!

No. No creo que un rey y su reina deban arrodillarse ante alguien tan insignificante - hablo por primera vez y vio como el rubio apretaba los puños - si usted quiere la guerra entonces la tendrá pero le advierto que el único que perderá será usted y seremos dueños de aún más territorio.

El sonrió arrogante mente.

Una mujer habla por ti? - preguntó.

Es mi esposa, un rey sin el consejo de su reina no es nada - escucharon su finguida risa - no vine aquí a darle mi rendición esa nunca la obtendrá.

Se dieron la vuelta dispuestos a irse y justo cuando Angeline iba a empezar a cabalgar detrás de ellos escuchó su llamado.

Angeline - El delfín estaba viéndola - vuelve conmigo, hay que obtener Inglaterra y podemos vivir ahí, tan solo dime cada uno de su movimientos.

Agradecería si me habla de usted, soy superior ahora y merezco respetó, en cuanto a lo otro - lo vio a los ojos y estuvo apunto de ceder pero no - no se quién es usted, no lo había visto en mi vida.

Su caballo salió a toda velocidad corriendo para alcanzar a su tropa y mientras el aire le daba en el rostro unas cuantas lágrimas se resbalaron, ya no iba a sufrir más por el y buscaría solo su felicidad.

La princesa triste no sería más que la dichosa Reina que le dió varios herederos al rey Enrique y que apesar de ser tan jóvenes impusieron respeto hasta el día de su muerte.

ONE SHOTS - Robert Pattison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora