Prefacio

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Tobias Winston es un hombre joven británico de veinticuatro años de edad que por azares trágicos del destino había vuelto a casa de su madre. Es por eso que en ese momento se encontraba mirando la televisión a lado de ella, su progenitora de nombre Hanna. Los dos se mantenían con las bocas cerradas, guardando silencio de forma profunda y aún así eso no le ocasionaba incomodidad a ninguno, quizá debido a que estaban inundados con un millón de pensamientos nadando en sus cabezas. El silencio entre ambos no era tan usual, nunca lo había sido.

Habían vivido solos la mayor parte de su vida, debido a que Héctor, el padre biológico de Tobias, había muerto cuando él solamente tenía ocho años de edad. Luego de su fallecimiento, Hanna le guardó luto durante cinco años y tres meses; comenzó a tener citas con hombres hasta pasado ese tiempo. Algunos de ellos eran compañeros de trabajo, en la escuela en la cual ella impartía la materia de Historia Británica, y otros de ellos eran conocidos o amigos de Kenia, su amiga y confidente, quien la mitad del tiempo que pasaban juntas lo usaba para darle consejos sobre casi cualquier cosa sin importar que ella no se los pidiera o los necesitara. Kenia era prácticamente su alma gemela desde dos décadas atrás.

Tobias es un muchacho con preparatoria terminada, pero universidad trunca y sin ánimos de terminar su carrera. Antes de ese preciso y sepulcral momento, se ganaba la vida reparando computadoras en la Plaza de la Tecnología de Londres, ciudad donde había habitado toda su vida, desde que se formaba en el vientre de su madre. Reparar computadoras y otros dispositivos que funcionan con tecnología era su trabajo... Hasta el pasado miércoles, cuando fue despedido por su jefe debido a que no contaba con los suficientes recursos para pagarles un salario a sus cuatro únicos empleados.

Antes de ser despedido tenía una vida cómoda y prácticamente independiente a lado de su amigo Lucas. Había rentado al fin un departamento junto con él y repartían los gastos de absolutamente todo entre ambos. Era una vida muy cómoda: vivía con su amigo, disfrutaba de su trabajo y de sus hobbies y casi nunca tenían discusiones entre ellos. Tan solo habían estado viviendo juntos dos meses, creyendo que estaban teniendo su verdadero momento de gloria...

Y ahora, desempleado y sin dinero para continuar pagando la renta del departamento, había tomado la decisión de no ser egoísta con su amigo y volver a casa de su madre, quien claramente no lo rechazó pero sí se desanimó ya que habían contratado a un segundo profesor de Historia Británica en la escuela en la que trabajaba y por lo tanto habían disminuido su horario laboral junto con su salario. Según las leyes, eso era prácticamente imposible e ilegal, pero se trataba de una escuela independiente del gobierno, así que no podía hacer mucho para defender su puesto.

Para ella, que había pasado por todas esas complicaciones, ya no era del todo fácil alimentar su propia boca y la de su hijo adulto y desempleado, ni pagar luz, cable, gas, agua, impuestos, reparaciones y además mantener un auto con un salario recortado de maestra. Recién, antes de la trágica noticia que le dio su hijo, había abierto una pequeña tienda de repostería en la cual Kenia le ayudaba. Pero para que las ganancias comenzaran a brotar tomaría tiempo y no podía darse el lujo de asumir que estaba a punto de ganar una batalla económica.

—Creo que deberías considerar terminar la universidad, Toby.

El muchacho, de ojos grandes y verdes, cabello rizado de color chocolate y crecido a la altura de los hombros, se giró en dirección a su madre, asintiendo simplemente, con los labios presionados entre sí y batiendo sus alargadas y muy lindas pestañas que había heredado de su progenitora.

—Lo sé... Pero no tengo dinero para pagarla y tampoco te voy a pedir que me ayudes a hacerlo. —Volteó en dirección a la televisión, sin prestar entera atención a lo que había en la pantalla—. Ya haces mucho por esta casa... Ni siquiera debería de estar viviendo contigo ahora.

El Hotel AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora