Levanté las hojas que Catalina había tirado al suelo, otra discusión más y ya me sentía agotado de absolutamente todo, he de aclarar que no lograron casarme con ella pero mi padre le dijo a todos que éramos novios, solo una vez nos hemos besado y fue por "accidente", mis días han sido un poco pesados desde el día en el que ella se fue, trabajo para vivir y vivo para trabajar, solo esa secuencia existe en mi vida desde entonces.
No supe más de ella, pero dejó una huella imborrable en mi corazón y en mi existencia, contaré un poco de lo que ha sucedido en estos tres años.
Caí en depresión pero no se me fue permitido desahogarme ni quedarme en mi habitación para poder resolverlo por mí mismo, me incorporaron nuevamente a la empresa sin mi consentimiento, liderando ya a todos los trabajadores debido a que a mi padre se le detectó cirrosis, al inicio fue difícil para mí, sobretodo en los primeros cuatro meses, comencé con malestares y problemas de salud bastante extraños, fui al médico pero ningún medicamento me curaba del todo, lo relacionaron con ansiedad, tenía náuseas y cambios de humor muy repentinos, gracias a mí, la empresa de mi padre logró posicionarse en un lugar muy importante, las ventas incrementaron de golpe, pero eso me trajo más estrés y ganas de desaparecer, pero aquí sigo, con la tonta idea de que ella aparecerá en algún momento y me dirá que todo está bien, pero sé que no, lo último que supe de ella fue que vendió nuestra casa y me envió un dinero con una fría nota que decía "Solo para que sepas, vendí la casa, esta es tu parte. Adiós.", sonará un poco loco, pero decidí guardar esa nota en uno de mis cajones para poder sentirla cerca con solo leerla, aunque sea su versión rota la que escribió esa nota, le llamé por error unas cuántas veces...pero solo por error...pero al parecer ese número había desaparecido.
Mi madre se divorcio de mi padre y creo que fue la mejor decisión que pudo haber tomado, ella se quedó con la casa en la que vivíamos, las personas de limpieza decidieron quedarse con ella y hacerle compañía, una de ellas es la señora Carmen, se volvió cómo su mejor amiga cuándo ella decidió dejar a mi padre, él por su lado, se fue a vivir un poco lejos de nosotros, sin embargo, nos seguimos viendo en la empresa e incluso quiere seguir mandando sobre mí cómo antes, pero ya no se lo permito, haberme separado de la persona que más luz le había dado a mi vida, me hizo tenerle rencor y dejé de verlo cómo un padre ejemplar, me quite la venda de los ojos y me di cuenta de las cosas malas que hice por dejarme manipular y por intentar ser cómo él.
La empresa se convirtió en una simple empresa de copias, ya no hay más diseños que salgan de su mente, y sí ha tenido ese éxito es por las colaboraciones que hace con otros diseñadores y por los eventos que hacemos para ofrecer nuestras prendas, pero no por su esfuerzo.
Marco se volvió más que mi mejor amigo, lo veo cómo el hermano que lamentablemente no tuve, es mi mano derecha en todo, a pesar de que él sigue con su carrera de enfermería, me ayuda en las cosas de la empresa y me orienta en las cosas que yo no puedo entender.
Yo compré una casa muy cercana a un enorme parque, la naturaleza me hacía recordar a ella, a su escencia, y mirar por el balcón me daba la paz que necesitaba para poder conciliar el sueño, siempre enciendo mi cigarrillo y miro las luces que decoran los bancos, los árboles y algunas plantas de aquel parque, me volví un poco dependiente del tabaco, caí en el cuento de que solo con fumar calmaría mi ansiedad.
Guardé los papeles que había levantado del suelo y me senté frente a mi escritorio, mi oficina estaba muy oscura, pero no me daba el ánimo para abrir las persianas, sé que han pasado muchos años y que ya debía olvidarla, y no sé sí aún tengo esos sentimientos por ella, lo único que sé es que la extraño y que me vendría muy bien mirarla al menos una vez.