Me había llegado un mensaje de texto de Mary, la madre de Mario, solo se trataba de la ubicación en dónde se supone que su hijo la estaría esperando pero quién llegaría sería yo. Lo ignore por un momento, pero después recordé las palabras que por la mañana había leído, Adam me miró nerviosa y sé que le parecía raro que tomará mi celular y después lo dejara en el comedor.
Adam: ¿no sabes que hacer?- dijo mientras masticaba una papa frita, negué enseguida y comencé a morder mis uñas.- si pienso en lo que yo creo te diré que no vayas, que lo dejes ahí, pero sé que tu corazón es diferente al mío y está deseando ir a ese lugar, es una lucha entre tu corazón y tu cabeza.
T;N: sí, Adam.- suspiré.- su madre tiene razón, y es que siempre hemos juzgado a Mario y lo hemos visto cómo la sombra de su padre, ni siquiera lo he dejado darme una explicación, ayer que sepultamos a mi padre me llamó un par de veces pero yo lo ignore, mínimo debería de escuchar su versión, ¿verdad?- asintió enseguida mientras le daba un sorbo a su agua de jamaica.
Adam: puedes ir sí así lo deseas, yo cuidaré a Dania por ti, solo no tardes mucho porque no estoy muy acostumbrado a cuidar de bebés.- sonrió nervioso mientras veía a Dania.- sí es posible déjala dormida en su cama y yo la vigilare desde el sofá.
T;N: está bien.- reí.- oye la cena te quedó riquísima, no sabía que podías cocinar.
Adam: papá me enseñó un par de cosas después de que salí de prisión.- sonrió con nostalgia.- al parecer presentía que algo le pasaría, trató de enseñarme todo lo que sabía mientras estaba vivo.- acaricié su antebrazo y él me sonrió evadiendo la mirada.
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Llegué al lugar que me indicaba la ubicación que me había mandado Mary, era cómo una tienda de conveniencia pero a la vez un pequeño restaurante, miré que salió de aquel lugar y se sentó en la banqueta de aquel lugar, sentí que mi corazón se acelero enseguida y se formó un nudo en mi garganta. Sacó una cajetilla de cigarros de su bolsillo delantero y del otro un encendedor, colocó un cigarro entre sus labios y después lo encendió para después cerrar los ojos mientras expulsaba el humo.
Abrí la puerta de mi auto y salí, él seguía hundido en sus pensamientos y en la posible relajación que le brindaba el cigarrillo.
Me acerque a él con pasos inseguros, él abrió los ojos al escuchar que la suela de mis zapatos aplastaban las pequeñas piedras, me miró, su mirada tenía muchos sentimientos navegando gustosos, se puso de pie enseguida y me miró fijamente mientras comenzaba a toser el humo que anteriormente había guardado en su boca.
T;N: ¿puedes tirar el cigarro?- hice una mueca al respirar el olor del tabaco, él asintió enseguida y después deshizo el cigarrillo en la banqueta.
Mario: ¿qué haces aquí?- soltó un suspiro mientras jugaba con sus dedos.
T;N: ¿no piensas darme un abrazo o algo así?- él lo pensó unos segundos y después se abalanzó sobre mí, no me importaba su olor a cigarrillo, solo quería tenerlo cerca al menos unos segundos. Unas lágrimas resbalaron por mis mejillas y enseguida me aparte para limpiarlas.- tu madre me pidió que hablara contigo, que tenías muchas cosas que explicarme.
Mario: sí...- suspiró.- ven siéntate conmigo.- me tomó de la mano y me llevó hasta la banqueta para sentarnos ahí.- yo no sé ni siquiera cómo tocar el tema, no quiero sonar insensible.
T;N: empecemos con que tu padre le quitó la vida al mío.- dije con frialdad pero sintiendo cómo se me abría el alma, él asintió mordiendo su labio inferior.- espero que ahora no te quede ninguna duda respecto a él.
Mario: yo...ni siquiera sé que palabras decirte, me siento una mierda.- bajo la mirada.- soy tan culpable cómo él, yo debí hacer algo.
T;N: ¿que podías hacer?- se encogió de hombros.- nadie sabía que mi padre se miraría con el tuyo, sí yo hubiese estado enterada seguramente no lo habría permitido.- suspiré.- pero ya es muy tarde para el "hubiera", mi padre ya no está aquí.
Mario: lo sé.- suspiró.- y lo lamento mucho, no sabes cómo me lamentaba por no poder estar ahí contigo, entiendo que quieras tomar represalias contra Martín, yo voy a respetar tus decisiones.- me sorprendió que lo llamará por su nombre.
T;N: sé que mi padre habló contigo unos días antes de morir.- él sonrió y asintió mirando el suelo.- ¿te dijo algo respecto a sus planes?
Mario: sí te refieres a que haya mencionado a mi padre, no me dijo nada.- me miró.- solo me dejó en claro lo que no quería que yo te hiciera, me pidió que te hiciera feliz y que te protegiera hasta de ti misma, también me dijo que te gustaban las fresas rellenas de crema y que te hacía feliz comer gomitas con chile.- sonrió.- también me contó que a Dania le gustaba jugar al "dónde está bebé", en fin, hablamos de muchas cosas y aclaramos otras tantas.
T;N: tantas cosas me quedaron por descubrir de su persona.- sonreí.- él aprovechó los días en familia para conocernos más y grabarse cada detalle de nosotros.
Mario: ¿puedes perdonarme?- me miró fijamente, tenía lágrimas en sus ojos, asentí enseguida tratando de no llorar también.- gracias por eso, entiendo si las cosas de ahora en adelante no son iguales a como eran antes.- se puso de pie y extendió su mano hacia mí para que yo me pusiera de pie también.- pero haré hasta lo imposible para conquistarte de nuevo, para demostrarte que he cambiado y que realmente quiero formar una familia contigo.- no lo dejé terminar, coloque mis manos alrededor de sus mejillas y lo besé, él tardó un poco en corresponder pero al final lo hizo, sentí el horrible sabor del tabaco pero no pensaba dejar de besarlo, sus manos rodearon mi cintura y me aferraron a su cuerpo. No pensaba renunciar a él, no ahora que mi padre me había dicho eso, quería estar con él y de eso no tenía ninguna duda, solo él me hacía feliz y me daba la tranquilidad que mi vida necesitaba.
