Ambos mirábamos las estrellas por la ventana de mi habitación, él me abrazaba por la espalda mientras su barbilla descansaba sobre mi hombro, Dania se había dormido en el auto y ahora sus ronquidos resonaban en la habitación.
Me sentía cómoda estando en sus brazos, mi corazón estaba pleno.
Mario: ¿sabes?, el negocio de mi papá se está viniendo abajo.- suspiró.- las ventas bajaron drásticamente, ya no hay diseños nuevos e incluso las modelos están renunciando.
T;N: ambos sabemos porque pasó eso.- me gire para verlo, él tomó mis manos para no perder contacto conmigo.- tu padre nunca ha tenido ideas originales y las pocas que ha tenido son gracias a ti y a tu madre, denigra mucho a las mujeres, no importa sí son trabajadoras de su propia empresa, a las que se encargan de diseñar las prendas las tiene trabajando en el sótano de la empresa, no entiendo aún cómo es que no le han puesto una demanda por las condiciones en las que están trabajando.
Mario: sí, lo sé.- suspiró.- me gustaría tirar todo a la basura y comenzar de nuevo, mi padre no cambia aunque su salud esté en un hilo demasiado fino y desgastado.- cerró las cortinas detrás de mí y me tomó de la mano para sentaros en el sofá que estaba a un costado de mi cama.- sigue empeñado en ti, no sé que mierda le sucede contigo, tu nombre no se desaparece de su boca y me preocupa que sea tan grande su obsesión por ti que pueda hacerte algún daño.
T;N: estoy tratando de mantenerme alejada de él.- le sonreí y él acarició mi mano.- perdí todo tipo de contacto con tu padre, intento no salir de casa a menos que sea para ir a la agencia, los chicos que trabajan ahí se encargan de adornar los eventos que van saliendo, mi padre me visita diario y Adam no se diga.- él suspiró y asintió.- debo de estar preparada para recibir el golpe, probablemente querrá atacarme sí se da cuenta que Dania es tu hija también.
Mario: entonces yo voy a protegerlas.- me rodeó la cintura y dejó un beso en mi mejilla.- ya lo hago estando o haciéndole creer que estoy lejos de ti, eso lo mantiene tranquilo por el momento, aunque sigue insistiendo que no descansará hasta que vea tu agencia clausurada.
T;N: no quiero que eso pase.- suspiré.- hablando de lo económico, es lo único que por el momento puede ayudarme.
Mario: sabes que puedes pedirme lo que necesites, tengo el dinero suficiente y además es mi obligación darles lo que necesitan.- negué.- ¿por qué no?- le enseñé mi dedo anular y él solo sonrió.
T;N: además de que tu obligación solo es con Dania, no conmigo.- borró la sonrisa y me tomó de la cintura para pegarme a su cuerpo.
Mario: tú y Dania ahora son mi familia ¿de acuerdo?- colocó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me miró fijamente.- les voy a entregar mi vida entera si es necesario.
T;N: que lindo eres.- trató de ocultar la sonrisa pero no le funcionó, me pegó más a su cuerpo y me susurró algo que no pude escuchar, sus labios atraparon los míos con delicadeza, reaccione enseguida y rodeé su cuello con mis manos.
Mario: aún sabes a helado de vainilla.- lamió sus labios y después soltó una carcajada que me hizo reír también.- creo que es momento de que me vaya a casa porque si me quedo un minuto más aquí no podré resistirme a sus encantos, señorita T;N.
T;N: te iba a invitar para que te quedarás.- suspiré.- pero tienes razón, no es conveniente que te quedes aquí, tomando en cuenta que estamos enamorados nuevamente...o al menos yo ya lo estoy.
Mario: jamás, escúchame bien, jamás he dejado de estar enamorado de ti.- dejó un beso pequeño en mis labios y me sonrió.- le diste luz a mi vida cuándo ya no encontraba la salida, en ambas ocasiones, has sido tú la causa de mi felicidad y de mis sonrisas diarias.- burló al recordar algo.- mi madre me dice que ya sonrió más y que me integro más a su familia, cabe mencionar que su familia se conforma por la señora de servicio, ella, una amiga que conoció hace tiempo y que por cierto es su cocinera y ahora yo, estoy yendo a comer a su casa casi todas las tardes después de que salgo del trabajo.
T;N: oye, eso es muy bueno.- él asintió.- hace tiempo que no la veo, le prometí que no la alejaría de Dania pero...creo que por el momento ella no podrá acercarse a mi hija.- suspiré.- a no ser que su lindo hijo la mandé para acá a escondidas.
Mario: te puedo llevar a su casa sí gustas.- sonrió.- mi padre ya no va ahí desde hace muchísimo tiempo y vive muy alejado de ella por una orden de restricción, así que puedes ir con seguridad.
T;N: ¿me lo juras?- asintió seguro de su respuesta.- de acuerdo, dile que iré a verla el viernes por la tarde, ¿crees que esté disponible?
Mario: claro que sí.- burló.- ella me espera en casa por las tardes, solo va a la empresa dos días a la semana.
T;N: de acuerdo.- sonreí nerviosa.- estaré ahí entonces.- él me asintió.- ¿te quieres quedar a dormir?- al parecer mi pregunta le sorprendió.- tienes 3 segundos para responder.
Mario: sí.- contestó de inmediato.- si quiero quedarme con ustedes.- sonreí al notar la emoción con la que me había respondido.
T;N: entonces mete tu auto a la cochera junto al mío y cierra ambas puertas, te esperaré aquí con Dania.- suspiré.- hoy tú serás quien apagué las luces.
Mario: vendré enseguida.- asentí, tomó las llaves de su coche y salió casi corriendo de la habitación. Me sentía emocionada, sé que al principio tenía la mentalidad vengativa, pero hoy lo que menos quiero es causarle algún daño.
